sábado, 9 de enero de 2010

Justicia divina, divina Justicia

Ella ya había sangrado alguna vez por culpa de él, y aunque fue por amor y con amor, el universo no deja sangre sin cobrar.

En otro arranque de cariño, las sabanas blancas quedaron manchadas de rojo y por el piso del baño corrió la misma sangre mezclada con agua. Era la sangre de él.

Intercambiar otros fluidos en la cama no tiene nada de raro, se hace por pasión, por curiosidad, por instinto o por simple rebeldía. Pero la sangre… la sangre solamente se derrama por amor.

Ahora los dos tienen por lo menos un motivo para no olvidarse nunca del otro. Ella ya había tenido su dolorosa primera vez y ahora era el turno de él.

1 comentario:

Lucas Vargas Sierra dijo...

Parce, comento más que por el escrito por el "Contigo" que tenés ahora...

"Y si querer no es suficiente, si no basta un beso o un abrazo, si el cariño es incompleto, sólo quedará una cosa por hacer: escribir"

Que gran putería... lo hurtaré.