viernes, 26 de febrero de 2010

Ayer

Seré breve. Ayer (por la hora, ya son las 12:44) fué un día histórico, todos los días lo son porque ninguno es ahistórico. Ayer fué un día importante, de expectativa. y tensión. Ayer, en un rezago de independencia y en una cita con la historia la Corte Constitucional declaró inexequible el llamado a Referendo para votar si había o no re-reelección presidencial.

La conciencia política de la mayoría de los de mi generación se limita a un presidente (De Samper y de Pastrana no teníamos más referencia que una que otra imitación el La Banda Francotiradores y programas de ese tipo). Un sólo programa de gobierno, una sola línea argumentativa -tangencial-, casi que una sola forma de ver y entender el espectro de lo político en "la democracia más antigua y estable de América Latina". Para mí, a mis 19 años y con esas vainas que algún día decidí estudiar, o con la simple noción de ciudadanía que pueda tener, ayer fué un día importante. A partir del 7 de agosto de este año el tema de conversación en taxis y pasillos cambiará, por lo menos no girará en torno a la misma persona -eso espero.

Vendrá un gobierno dificil. Aún para la mejor de las voluntades borrar la huella de popularidad de Álvaro Uribe en la "opinión pública" será un inconveniente para su trabajo, algo así como lo sucedido con Fajardo y Salazar pero con sustanciales diferencias. Por otro lado, aún la mejor de las voluntades sufrirá el efecto Obama, y las expectativas serán mayores que los logros, y no necesariamente por negligencia o por incapacidad (Uno siempre termina echándole la culpa al sistema).

Vienen uns elecciones por fin diferentes. Variedad de movimientos y partidos que son difíciles de definir y encasillar ideológica y programáticamente. Variedad de candidatos con sus respectivos "tapao's" y ambigûedades. Variedad de posturas en torno a la figura del saliente -¡Qué satisfactoria palabra!- presidente. Sencillamente, y para terminar, estoy contento. Ultimamente tengo la palabra "esperanza" en la cabeza, hoy tengo motivos para que esos pensamientos tomen fuerza. No sé si algo vaya a cambiar, pero por lo menos tengo la esperanza de que mi generación por fin podrá comenzar a ver procesos y dinámicas un poco distintas.

Ayer tumbaron un Referendo que bajo ningún punto de vista sensato podía pasar, hoy estoy escribiendo casi a modo de celebración, mañana... quien sabe.

viernes, 5 de febrero de 2010

Comentarios desestructurados sobre la estructura femenina

Yo, que lo único que tengo es este pobre cuerpo de hombre, desagradable, feo y sudoroso, no puedo evitar sentirme pequeño ante el cuerpo de una mujer. Incluso siendo ella igual o más sudorosa tiene la ventaja de tener sudor de mujer, pero el mío es de hombre, de ese que deja después de unos cuántos días su huella irreconocible sobre la sábana blanca. No puedo evitar sentir que mis líneas rectas y poco voluptuosas sean menos llamativas, menos dignas que las curvas y prominencias de su presencia.

Todos nos deberíamos enamorar de una mujer. Incluso las mujeres, y ese es el problema. No tiene nada de extraño que dos mujeres se enamoren, después de todo casi toda la literatura, la música, la poesía, el arte, se han preocupado por dibujar lo sublime de ellas, lo bello de ellas, lo erótico de ellas, lo tierno y profundo de ellas. Con esto, si yo fuera una mujer no sería capaz de mirar con mucho deseo el cuerpo de un hombre.

Los hombres nos hemos dedicado a ser contempladores pero no contemplados, testigos y no objeto de deseo. Somos víctimas de la marginación en que nuestras mujeres han tenido que vivir. Se han convertido en nuestro mayor tesoro y nosotros hemos tenido que esclavizarnos a ellas y por ellas.

Bueno, quizás nuestro único merito sea el haber sido hábiles y esmerados contempladores, al punto de cubrir con palabras, música o pintura la ausencia de belleza de estos cuerpos que se gastan de adentro para afuera, mientras ellas se gastan de afuera hacia adentro.