lunes, 22 de diciembre de 2008

¡Maldita sea!

PUBLICO ESTO TAL Y COMO QUEDÓ..PERDONEN LOS EVIDENTES ERRORES...PERO ES IMPOSIBLE EDITAR LOS SENTIMIENTOS.

Maldita sea….maldito corazón y malditos recuerdos taladrantes en mi cabeza. Malditos momentos que vienen y se van, me golpean y huyen. Maldita mezcla entre dolor y alegría, entre remordimiento y satisfacción.

Un gran vacío se apodera de mí, no se que pensar, ¿porqué no ser consecuente? Malditos sentimientos que se encuentran y entrelazan, que chocan formando caos en mi. Toda mi vida es un caos, y no porque en realidad lo sea, sino porque así se vuelve de un momento a otro, solo con unas palabras y una foto y las miles que la siguen.

Una palabra, varias palabras, una foto que me recuerda lo hermosa que me parecías, lo hermosa que aún me pareces, lo grande que sos, que fuiste, y que espero que no seas.
Las lágrimas solo esperan, un gran desespero se agolpa dentro de mí y me quiere matar, quiere acabarme desde adentro… ¡Carajo! ¿Qué hacer? Obviamente nada se puede hacer, y nada quiero hacer más que encontrar alguien que me ayude.

Y mientras escribo las lágrimas amenazan con llegar a donde hace mucho no llegan, quizás por la arrogancia o por la insensibilidad de la que no me creo poseedor. Maldita, maldita y mil veces maldita…no vos con tu maldita belleza y con la maldita felicidad que me alcanzaste a dar, sino maldita la horas, o mejor las horas, en que todo comenzó a cambiar, en que ya no éramos los mismos, en que la vida se paro de frente y paro los sentimientos e hizo que tomáramos rumbos diferentes…
Maldita imaginación. Maldito el pensar en las palabras que eran mías y ahora son de otro, en las palabras que eran para mi y ahora son de él. Maldito, pero imposible no imaginarla haciendo el amor y besando a ese hombre sin nombre y sin rostro. Maldito egoísmo y maldita envidia.

Maldito…¡¡maldito yo!! Maldito estúpido insensible insensato y egoísta, maldito y mil veces maldito sea todo lo que en el ánimo de crecer me ha vuelto más pequeño de lo que pensé que era

Maldito sea el deseo de sentirse insignificante cuando se ve a los demás contentos. Malditos acordes menores, fúnebres y melancólicos que retumban en mis oídos y mueven mis vísceras. Causan ganas de vomitar. Ni la peor golpiza, ni la puñalada mas certera debe ser tan dolorosa, no habiendo sentido ninguna de las dos estoy seguro de que lo que chuza mi alma, la parte y la diezma, es mucho más doloroso.

Fiestas malditas, con su alegría, como si todos estuviéramos alegres. Tratamos de aparentarlo. Tratamos, con la ayuda del alcohol, de sacar todo el dolor de nuestras almas, de nuestros corazones, tratamos de ahogar todas las tristezas de un año que para nadie pudo haber sido completamente feliz, ni completamente triste. Tratamos de envalentonarnos con licor, con alcohol, pero surte el mismo efecto que cuando lo echamos en una herida…maldito dolor. ¡¡¡Ahhh!!! Maldito grito silencioso que se ahoga dentro de mí. Malditas letras mal puestas que me decepcionan cada vez más, maldito impulso de ser lo que nunca se ha sido. Malditas ganas de encontrar a alguien más, pero maldito sea el remordimiento y el sentimiento de culpa, y maldita sea la idiotez, la modorra y la incompetencia del sujeto en este tipo de temas.

Y malditos sean los kilómetros que en ocasiones me alejaron de ella, que hoy me alejan de otras, y que tanto anhelo para escapar, para solo salir corriendo deseando nunca volver, deseando morir en el camino o encontrar otro sitio, no mejor, pero con menos maldiciones que las que hoy aquí he pronunciado.

En fin… ¡Maldito Yo!



viernes, 19 de diciembre de 2008

Miradas: Palomas

Esta entrada esta motivada sencillamente porque de ahora en adelante (no quiero parecer copión aunque lo haré) espero publicar una que otra fotico de vez en cuando. Ahora poseo los medios logísticos para hacerlo y con esto pretendo que mi blog sea menos aburrido. Para empezar les mostraré dos fotos tomadas por mi hermanita. Fotos muy normales, que se pueden tomar en cualquier esquina de pueblo (ojo, pueblo y no municipio).
"y allí yacen sobre el mohoso tejado, tan tranquilas como la vida corre en el lugar aquel. y el tejado, verde e inerte, testigo de toda una historia colonial y neo colonial, ya no sirve más que para alojar palomas, ya la gente no lo quiere ni lo determina ¿Qué importa? no importa, de todas maneras "todo pasa y todo queda". De allí volaron, el cielo opaco siguió y la lluvia a nadie esperó...¿Ahora qué? sigue la vida corriendo por los pasillos, durmiendo bajo las tejas, volando en contra del viento, resintiéndose a desaparecer, desapareciendo".

"¿Y que sería de los pueblos sin palomas?¿Quién le haría compañía a las estatuas de nuestros mancillados próceres en los parques? Los viejos ya no son buena compañía, tienen mucho por decir, pero todo se lo llevan, poco a poco se van lléndo, van relevando su labor alimentadora, pero siguen opacando la belleza de la juventud y la vida con lo sublime de sus experiencias y con su extraño olor a formól ¿y que queda? Las palomas, para siempre las palomas".

jueves, 18 de diciembre de 2008

Un secuestro al olvido

ESTE ES UN PSEUDOENSAYO HECHO PARA UNA MATERIA DE LA U PERO NO HA SIDO ENTREGADO. AGRADECERÉ PROFUNDAMENTE TODAS SUS CRÍTICAS EN PRO DE MEJORARLO O CAMBIARLO SI ES NECESARIO.

Colombia es un país que ríe y llora, que corre mientras está durmiendo, de tibios y fríos, de verdes y azules. “Colombia Vive” titulaba un documental realizado por la revista Semana y el canal Caracol en el año 2007, y en efecto Colombia vive, pero vive paradójicamente dentro de la muerte, el dolor, la impunidad y el olvido. Colombia agoniza, se desangra día a día entre noticiero y noticiero, es un enfermo terminal que no se entrega a la idea de morir y siempre recobra fuerzas, así estás no le sirvan más que para seguir aguantando.

El nombre del documental venía acompañado de “memorias de un país sin memoria”. ¿Es posible encontrar una frase más acertada? El documental, una pieza histórica invaluable para nuestro país era eso, las memorias de un país que en medio del dolor prefiere olvidar, unos por ignorancia, otros por indiferencia, otros por simple instinto de supervivencia.

Colombia es definitivamente un país sin memoria histórica, sumido en la modorra del día a día, pero definitivamente esta característica no se debe a que no exista material que cuente nuestra historia, las causas por las cuales hoy somos lo que somos. ¿Cuántas personas -por lo menos de las que tenían conciencia en ese entonces- recordarán el “secuestro colectivo” que hubo en nuestro país entre 1990 y 1991? No creo que sean muchas, hablando en proporción por supuesto. La historia no está perdida en el tiempo, toda fue consignada por Gabriel García Márquez en “Noticia de un secuestro”, esto a petición de Maruja Pachón y Alberto Villamizar, dos de sus protagonistas.

En la agenda pública nacional, por ende en la agenda mediática, el tema del secuestro ha sido uno de los que más espacio ha ocupado en las discusiones de todas las esferas. Sobre todo desde los últimos años del gobierno de Andrés Pastrana tras el fracaso de las negociaciones en el Caguán y con el comienzo del gobierno de Álvaro Uribe Vélez y la implementación de su política de Seguridad Democrática, se ha evidenciado en los medios el secuestro como un problema de seguridad nacional que afecta desde soldados rasos hasta importantes personajes públicos, por ende a sus familias y en última instancia a toda la sociedad. Ha generado un sin número de controversias en cuestiones políticas y un número aún mayor de opiniones, todas ellas de repudio. Ha generado acciones internacionales, mediaciones, intervenciones, etc. Y es que un flagelo como éste en el cuál quienes lo sufren se consumen esperando que quienes tienen el poder en sus manos decidan que hacer debe ser repudiado por toda sociedad y hasta donde sea posible erradicado.

¿Cuántas personas habrán marchado a comienzos de los noventa para reclamarlos vivos? ¿Cuántas personas salieron a las calles a repudiar de manera masiva la muerte de Marina Montoya y de Diana Turbay? ¿Acaso también los secuestrados tienen valor dependiendo de donde vengan?

En los medios se hicieron campañas reclamándolos, pero era lo menos que podían hacer teniendo en cuenta que la mayoría de ellos eran periodistas. Fue la incansable lucha de Alberto Villamizar la que logró que los secuestros, en especial el de Maruja Pachón y Beatriz Villamizar llegarán a su fin, con el apoyo de personajes como Nydia Quintero y el ex-presidente Julio César Turbay que se enfrentaron de manera decidida y frontal a quien tuvieran que hacerlo, fuera a César Gaviria (entonces presidente) o a Pablo Escobar y su gente.

No es el secuestro algo nuevo en nuestro país, no quiero decir con ello que ahora deba ser menos doloroso que antes, todo lo contrario; pero un libro tan bien elaborado desde el punto de vista investigativo y con una narración tan minuciosa y sistemática como la de “Gabo” hace pensar en las contradicciones que suelen tener las sociedades latinoamericanas y en especial la colombiana, además de lo vulnerables que pueden llegar a ser incluso las élites económicas y políticas frente a los azares de nuestros conflictos. “Noticia de un secuestro” esta ahí para martillar en la cabeza de los que quieren olvidar en este país que sufre de amnesia colectiva.

martes, 9 de diciembre de 2008

Carta personal al más allá

David, tiempo ha pasado. Desde hace mucho no estamos ni remotamente cerca, la única conexión que queda es el recuerdo, grato recuerdo de momentos felices y amargo recuerdo de momentos tristes.

Hace ya un año y como tres días que fue, vos no estuviste presente pero aún así te evocamos, tu familia nos acompaño y recibió el premio que seguramente de haber estado te habrías ganado con honores y no por lástima. No tengo la menor idea de si estuviste presente o no, es más, no tengo la menor idea de si aún sueles estar presente por ahí, cuidando a tu familia o cuidándonos a nosotros, o simplemente curioseando en lo que se han convertido nuestras vidas.

Muchas lágrimas corrieron y muchos golpes de pecho se agolparon en el recinto, pero de eso ya no queda nada, no queda más que el "la vida sigue" y, en efecto la vida sigue con su rumbo despiadado devorándonos a cada momento de realidad y robándonos los pobres instantes de fantasía que nos quedan. La vida sigue, pero no sigue, cambia, y cambia mucho.

Hace un año éramos niños, hoy somos niños con un año más. Hace un año éramos amigos, hoy solo nos reunimos de vez en cuando a hacernos compañía en uno que otro vicio insano pero necesario y común. Hace un año teníamos sueños, hoy creemos que estamos trabajando por lograrlos. Hace un año teníamos en la cabeza metido el pasado, y era tan grande que no nos dejaba ver con claridad lo que se nos venía.

Las cosas han cambiado: ese colegio en el que crecimos va de mal en peor, no solo porque cada día sea más confesional (y por tanto más hipócrita) sino porque ya ni siquiera nosotros estamos, vos porque no pudiste, nosotros porque no podemos, porque ya ni en el lugar en el que tanto compartimos, al que tanto le debemos pero que también dicho sea de paso tanto nos debe, ni en ese lugar que fue testigo mudo de nuestra amistad, de tu amistad con los demás, de mi amistad con los demás, ya ni allá somos bienvenidos. Se siente como si le hubiesen robado a uno un pedacito de vida, como si le hubieran quitado un pedacito de pasado, un pie, o un dedo por lo menos.

Unos no saben que van a hacer con su vida, o no sabemos. Otros creen saberlo pero solo el tiempo dirá si estaban en lo cierto. Amores han pasado, trasnochadas han pasado, muchos aguardientes y cervezas han pasado, muchas risas y momentos tristes han pasado, y lo más triste...hasta la misma amistad está pasando, creo que hoy soy más amigo de vos que de muchos de ellos ¿Porqué? diferencias políticas, geográficas, o simples incompatibilidades horarias.

Hace un año nos embriagamos, y vos no estabas pero te recordábamos, creyendo que había sido la etapa más feliz de nuestras vidas (así lo fue), resignándonos porque no volvería. Era bonito no tener que preocuparnos más que por el trabajo que dejamos para última hora, por saludarnos, despedirnos, molestarnos...hoy probablemente quede algo de eso, pero súmale la preocupación por el pasaje, por llegar tarde, por la situación del país que no te ha tocado, por las coyunturas que nos afectan pero no nos importan, por las que si nos importan.

Fuimos 20, 21 con vos. Hoy somos uno y otro y otro, hoy tratamos de ser. Recuerdos quedan inevitable y afortunadamente, momentos no muchos, intenciones no muchas. Quedamos nosotros y mientras eso se mantenga habrá esperanza.

Se avecina época de celebración y espero recordarte y tenerte presente en mis meditaciones, en mis soledades y en mis tristezas, quien quita y -todo es posible- me escuchés y me colabores en alguito. Por lo pronto es seguro que en febrero nos veremos, tus restos mortales con nuestros restos aún vivos, espero que con los de todos, menos con el de los motivos geográficos....Hasta entonces compañero Cometero o hasta cuando quieras.

Medios y sociedad: la televisión

Reseña de televisión para la materia Historia I de los medios de comunicación en Colombia
La sociedad es un conjunto poli cromático y heterogéneo. En ella se puede encontrar todo, pasando del blanco al negro, de lo nuevo a lo viejo y del bien al mal. Sobre todo en las sociedades democráticas los medios se vuelven un espejo de todo lo que coexiste en la sociedad: tradiciones, culturas, imaginarios, conflictos, etc. La televisión debido a los cambios y avances que presentó comparado con otros medios es quizás la que mejor representa esto.

La televisión presentó a la sociedad del siglo XX grandes cambios, no solo tecnológicos y científicos, cambios sobre todo, valga redundar, sociales. El mundo moderno y contemporáneo, en especial países como Colombia viven en un constante desequilibrio y la inestabilidad social no se hace esperar diariamente. En nuestro caso propiamente estos se ven agudizados por un conflicto interno que lleva más de medio siglo –en fases distintas- despertando controversias, avivando discusiones públicas, pero sobre todo, cobrando vidas.

Es innegable que en una situación tan compleja hay conflictos ideológicos y de poderes, tanto políticos como económicos, religiosos y culturales. Es allí donde el derecho a la información y la necesidad de verdad juegan un papel muy importante en las dinámicas sociales. Los medios, y en especial la televisión por su inmediatez característica y por su capacidad de impacto visual, se vuelven entonces lo que muchos autores llamarían “el cuarto poder”. El poder –además deber y función- de los medios es el de reflejar la realidad, los acontecimientos coyunturales y estructurales, pero como en todo juego de poderes unos quieren visibilizar y otros quieren opacar, cada uno de acuerdo a sus intereses particulares.

Como dicen Jesús Martín Barbero y Germán Rey en “Visibilidad, guerra y corrupción” “si los conflictos no son presentados por la política, los medios toman su lugar señalando otros caminos prepolíticos o apolíticos para resolverlos”. Son estos los responsables, desde su función social, de que en ese juego de espejos, de mostrar y ocultar, salga a relucir la información que convenga más a las mayorías, o en su defecto, la verdad.

En nuestra sociedad “la representación televisiva de la corrupción y de la guerra pone en relación imágenes, política y visibilidad, publicidad y secretismos, duración y relato” según Rey y Martín Barbero. La corrupción y la guerra son quizás los temas que más papel y tinta han gastado en los últimos tiempos, en especial en Latinoamérica. Han sido objeto de opiniones por montones y de igual proporción de pretensiones de información. La discusión del papel de los medios en general, y en especial de los audiovisuales, a pesar de ser relativamente reciente, no es nueva. Martín Barbero y Rey en el mismo texto evidencian esto en el caso colombiano con dos ejemplos: el proceso 8000 y la confrontación guerrilla-ejército en Las Delicias. En los dos (como en casi toda nuestra realidad) los medios se volvieron actores, dejando de lado la utopía de la mediación. Al volverse actores, generaron reacciones, visiones, opiniones, y consecuencias, que siendo buenas o malas, fueron siempre parcializadas por la editorialización y consecuente movilización.

Se comprobó que efectivamente los medios tienen un efecto inevitable sobre la sociedad, pero también se comprobó, sobre todo en el proceso 8000 que no tenían esa potencia desestabilizadora que se podría esperar y que en otros casos y otros países fue determinante para el desenlace de los sucesos.

En cuanto a guerra y corrupción los medios se deben replantear, ya que “al tornarse más plural, secularizada, menos homogénea, la sociedad le propone otros retos y también otros alcances al papel de los medios”. Estos no solo deben tratar de crear criterio a través de opiniones propias, deben también tratar de mostrar los hechos de la manera más imparcial posible para que el ciudadano de a pie saque sus propias conclusiones.

A pesar del deber ser, es ineludible el hecho de que los medios son también negocios, y que en sus dinámicas económicas crea herramientas como “la verdad mediática”, aquella que es creada partiendo de hechos, pero recurriendo a parcializaciones, tergiversaciones y juegos de opacidad. La espectacularización juega también un papel importante, más factual, en la creación de esa verdad mediática. El debate queda planteado entonces en hasta donde llegan la libertad de expresión y el derecho a la información.

Un medio de comunicación como la televisión se erige en varios aspectos. No solo el informativo, la televisión también tienen la capacidad y el deber de entretener, de mostrar espacios distintos y sobre todo para todos los públicos. La televisión colombiana se consolidó en la sociedad aproximadamente desde la década de los 70’s, esto llegando a las clases populares, a las mayorías con historias que de alguna manera los mostraban y trataban temas de su interés. “Mientras en los noticieros el vedetismo político o farandulero se hace pasar por realidad, o peor aún, se transmuta de hiperrealidad (…), en las telenovelas y los dramatizados semanales es donde se hace posible representar la historia de lo que sucede, sus mezclas de pesadillas con milagros, las hibridaciones de su transformación y sus anacronías, las ortodoxias de su modernización y las desviaciones de su modernidad” según Jesús Martín Barbero y Germán Rey en el texto “El país como experimento audiovisual”.

No es casual pues que actualmente las telenovelas tengan tanta aceptación dentro de tantos públicos diversos en nuestro país. Esto se debe en parte a la homogeneización que, de manera indirecta, va generando lo masivo en la cultura, pero sobre todo se debe a una gran generación de dramaturgos y actores que se dedicaron a crear, es decir, la telenovela como una de las costumbres más arraigadas de la última década en las familias colombianas se debe al desarrollo que tuvo en las décadas inmediatamente anteriores.

Las telenovelas, semanales en principio y diarias más adelante –hasta nuestros días-, se puede clasificar en dos subgéneros según los autores ya citados: el dramatizado de misterio y el dramatizado de acercamiento a los problemas sociales. El primero conecta tradiciones como la leyenda rural con las realidades campesinas, tales como la pobreza y la violencia. El ángel de piedra y El Cristo de espaldas son ejemplos de este subgénero. En ellos se pueden encontrar historias en comienzo de apariencia inverosímil, pero que profundizan en temas tan complicados como la psicología de los personajes, sus interacciones y su relación con la cotidianidad real, sobre todo con aquella que duele. El segundo, cuyo nombre no es totalmente correcto porque es también una característica del dramatizado de misterio, se acerca a temas tan espinosos y controversiales como la política y la religión, el papel de la mujer en la sociedad o las condiciones de pobreza de la mayoría. Series como Historia de Tita, Los Victorinos, Cuando quiero llorar no lloro, Dos rostros, una vida, llegan al público de manera directa, contando historias que, de manera fantástica y casi tendenciosa se acercan tanto a su realidad que logran que sobre todo las clases populares se vean reflejadas. Pero también se muestran realidades como el egoísmo, la intolerancia, la desigualdad, que caracterizan no a una clase en particular sino a toda la sociedad colombiana y latinoamericana.

Desde comienzos de los 90`s los seriados toman un nuevo rumbo llevado por una nueva generación de directores. Manejando los temas sociales con propuestas nuevas, además tocando temas como las contradicciones de la prensa y de los medios frente al poder. Se pueden destacar directores jóvenes como Carlos Mayolo, Sergio Cabrera, Mauricio Navas y Lisandro Duque. En este caso el conflicto interno colombiano y sus actores, ejército, guerrilla y paramilitares, también entrar a hacer parte de las nuevas historias que se transmiten. Los cambios culturales propios de finales de siglo también son evidenciados en series como Señora Isabel y La otra mitad del sol donde son mostradas las nuevas generaciones, los cambios de pensamiento y posición frente a temas ya tratados y el conflicto entre unos y otros.

En los 90’s la telenovela toma un nuevo rumbo. Siguiendo la tendencia globalizadora y sobre todo las necesidades de la industria cultural, las telenovelas se fueron homogeneizando más e internacionalizando. El interés de los productores era que sus novelas se vendieran por igual en todos los países. Ahora se comenzaba a trabajar de manera directa con la novela como producto. Si bien esto es comprensible teniendo en cuenta que en esta década el país entró a la apertura económica, los estilos y sobre todo las temáticas fueron perdiendo especificidad. Aunque en general el tema social siempre ha estado presente en las tramas, ahora perdía escenarios y características regionales. Los problemas en América Latina son muy similares, y las culturas tienden a tener parecidos, pero definitivamente hay grandes brechas que separan las características no solo de las naciones sino también de las regiones de cada una de estas.

Las nuevas generaciones productoras de televisión se dieron a la tarea no solo de reflejar a la sociedad en sus producciones, sino también de innovar en la producción relegando lo primero a un segundo plano en muchos casos.

Como citan Martín Barbero y Rey en “Las narraciones televisivas en los años noventa”, “Con el melodrama sólo hay tres opciones, escribía en su momento la guionista de Cristal: o copiarla, o innovar a partir de sus estructuras narrativas más conocidas o traicionarla”. Esto marca un poco la televisión de los últimos años que si bien tiende a homogeneizar públicos es heterogénea en estilos y temáticas.

La novela y toda la producción televisiva en general, sobre todo la prensa, se han configurado dentro de nuestras sociedades tomando papeles muy importantes, positivos y negativos: volviéndose un factor de poder y de conflicto entre poderes, siendo espejo de realidades pero también transformador de ellas, creando generaciones nuevas de creativos pero apuntando siempre a la venta y el comercio, censurando, visibilizando y opacando, generando conciencia y alienando al tiempo, creando y destruyendo ideales, pensamientos, comportamientos, costumbres y tradiciones, culturas; sencillamente creando y destruyendo.
BIBLIOGRAFÍA

LOS EJERCICIOS DEL VER, HEGEMONÍA Y FICCIÓN TELEVISIVA. Jesús Martín Barbero y Germán Rey. Capítulos 4, 5 y 6. Gedisa editorial. Barcelona, 1999.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Formas de protesta

Jorgito se encuentra tendido sobre su cuna, acaba de despertar de una de sus placenteras siestas de rutina y de pronto el hambre lo ataca y, sumándose a su pañal mojado se convierten en el detonante de su llanto ¿porqué llora? Probablemente por las sensaciones incómodas, pero también para llamar la atención de sus padres o de algún mayor que seguramente esta ocupado haciendo cosas más importantes. Y, ¿si el bebé no llorara? Seguramente sus padres nunca se darían cuenta de que ya no está dormido y mucho menos de que necesita algo, por tanto no podrían saciar las necesidades de él.

El mismo Jorgito, unos años después se encuentra en un predicamento. Acaba de golpear a otro Pedrito porque quería llevarse su pelota. Probablemente su agresión será castigada, pero si toda la verdad es conocida Pedrito también tendrá su parte. A pesar del castigo, nuestro personaje no perdió su pelota y quizás pudo seguir jugando después. El otro probablemente nunca volverá a intentar llevarse algo ajeno sin permiso.

Jorge ahora ha llegado a la preadolescencia, ahora odia el diminutivo. La naturaleza de su edad lo lleva a querer buscar, pero sobre todo encontrar nuevas experiencias, experiencias que normalmente están lejos de casa, pero encuentra una barrera para su cometido. El instinto protector de sus padres los obliga a prohibirle: salidas, amistades, conductas, etc. Esto desata un caos familiar tremendo paralelo a la rebeldía desbordada de Jorge. Con el paso del tiempo, muchas rabias, y sobre todo mucha paciencia, él irá ganando terreno en lo que quiere y sus padres estarán cada vez más tranquilos ¿qué habría pasado si el muchacho no desata su rebeldía? Muy peligroso un reprimido más deambulando por las calles.

La edad, la misma; el lugar, un salón de clases. La situación es común: todo un grupo se encuentra inquieto ante la decisión que ha tomado el profesor de aplicar un examen sorpresa para el cual nadie (a excepción de uno que otro batracio) está preparado. Alguien toma la vocería y le comunica al profesor que no es su intención la de presentar el examen, expone sus argumentos que son los mismos de todo el grupo. Probablemente el problema llegue a rectoría, pero al final el profesor se verá obligado a posponer el examen hasta que la temática a evaluar sea efectivamente desarrollada ¿quién pierde? El profesor, solo un poco de respeto ¿quién gana? La gran mayoría (que seguramente más adelante tampoco estará preparada pero que ya no tendrá excusa).

Andrés, otro joven de ese curso, ya entrado en la adolescencia, se encuentra en un gran problema. Hace un momento una hermosa joven lloraba frente a él antes de entregarle una nota. Con ésta terminaba el romance que hace varios meses venían viviendo ¿la razón? Infidelidad. Él se encuentra muy arrepentido y su corazón está hecho añicos, ella está aún peor sintiendo que su vida está vacía de nuevo. Dos meses más adelante es posible que estén juntos de nuevo tratando de reconstruir aquello que no se derrumbo del todo, o es posible también que cada uno por su lado esté comenzando a vivir nuevas experiencias ¿mejores o peores? Distintas ¿valió la pena lo que ella hizo al no aceptar la traición?

La vida de todos ellos seguirá avanzando rápida y efímeramente. Unos trabajaran en lo que puedan, otros estudiarán para después trabajar en lo que supuestamente les apasiona. Estos largos trayectos y bifurcaciones se verán marcados por un sin número de decisiones enmarcadas en momentos tristes y felices, de abundancia y adversidad, determinantes todos para su futuro.

Años después se encontrarán todos del otro lado, ahora discutiendo con sus hijos por su exagerado desorden y pereza. Lidiando con la batalla diaria que es tratar de educarlos. Los problemas y las decisiones serán en todas las vías y muchas de estas historias se repetirán.

¿Se justifica la protesta? ¿Acaso no son los hombres seres inconformes por naturaleza? ¿De qué otra manera se podrán saciar todas las necesidades y resolver todos los problemas que diariamente o históricamente le han aquejado? Hay otra cuestión y es el método que no me incumbe en este momento, pero ¿Se justifica la protesta? Si se justifica.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Problema de criterio

DESPUÉS DE VARIOS DÍAS DE INACTIVIDAD Y DE BLOQUEO MENTAL POR FIN LOGRO TERMINAR ALGO PARA PUBLICAR, ESPERO RETOMAR LA RUTINA.
En lo que solemos llamar una sociedad democrática, el criterio debería ser una de las principales características de lo que solemos llamar ciudadanos. Entendido como la capacidad de elegir y de tomar decisiones a conciencia, es decir, con argumentos y con fundamentos acerca de cualquier tema, pero sobre todo de aquellos que nos atañen a todos por el hecho de vivir en una sociedad; hoy lo veo más como un mito que como una realidad.

En primer lugar, el criterio tiene implícito en él la hipócrita pretensión de objetividad, o por lo menos de imparcialidad, de tener la razón contra a pesar de cualquier contra-argumento. El criterio se forma sobre todo a partir de la experiencia, pero con experiencia no estoy excluyendo para nada a la academia, esta es uno de los principales componentes de esa experiencia; pero la experiencia obviamente es subjetiva. Es posible entonces encontrar opiniones parecidas en aquellos que pueden tener opinión, pero siempre habrá puntos de divergencia.

El problema del que se quejan muchos intelectuales –o por lo menos uno de ellos- es la falta de criterio que, de manera generalizada sufren las sociedades modernas, en especial las tercermundistas. Este problema básicamente es un problema en los sistemas educativos que aún hoy, en el aclamado sigo XXI siguen siendo arcaicos y anacrónicos, basados en pedagogías fósiles que buscan más crear máquinas que personas, esclavos que ciudadanos. Este problema de educación sin embargo, no creo que sea un problema de desarrollo histórico al que hayan sido inocentes las elites de las naciones, más bien creo que desde siempre estás mismas elites han estado interesadas en que el pueblo no piense, o que piense en lo que ellos quieres. Desde siempre (o por lo menos desde la antigüedad romana) ha sido infalible la fórmula de “pan y circo”.

Cuando en una sociedad con la cual nos vanagloriamos al llamarla democrática se presenta un problema de ignorancia generalizada, hasta en lo más estructural y objetivo, la responsabilidad de pensar recae en unos pocos, una pequeña elite con posibilidades de llegar al conocimiento, de acercarse a la academia. En estos recae entonces la responsabilidad de ser la conciencia de la sociedad, en los intelectuales, basado en la fama que han logrado gracias a su criterio. Y ¡que gran responsabilidad es convertirse en la conciencia de una sociedad en decadencia! Es a los intelectuales a quienes la historia les cobrará todo lo que podrían haber hecho y no hicieron.

Ahora bien, soy estudiante (y espero serlo siempre) y como tal tengo la pretensión de algún día tener voz y voto como dicen, pero sobre todo capacidad de utilizarlas en pro de quien lo merezca y con fidelidad a la verdad. Por esto estoy también en búsqueda de crear mi propio criterio, no solo porque quiero sino porque se nos demanda (a todos los estudiantes, en especial los que tenemos que ver con las ciencias sociales) diariamente. Nos bombardean diariamente con la misma exigencia hasta llegar al punto de acusarnos de nuestra propia falencia y en esta dinámica terminamos acusándolos a ellos, a los intelectuales de hoy por los problemas de los del mañana. Pero el problema es el siguiente ¿cómo formar criterio sin bases? ¿Acaso partiendo de criterios ajenos? Creo en las influencias, pero en este caso ¿que legitimidad puede tener mi criterio cuando es víctima de prostitución y mendicidad? ¡Muy original! No sería entonces más que un Collage. ¿Es esto conveniente para una sociedad democrática? ¿Evoluciona el pensamiento de esta manera?

Realmente no tengo respuesta a ninguna de estás preguntas, lo único que puedo decir es que realmente hay un grave problema de criterio, un problema con el criterio.

martes, 11 de noviembre de 2008

Asunto: La vida según Quino

QUINO es un famoso personaje hecho así por alguien más famoso que él: Mafalda. Creo que este es suficiente contexto para cualquiera que nunca lo haya escuchado nombrar, ahora bien, si hay alguien que nunca ha escuchado hablar de Mafalda, sea que la ame, la odie o le sea indiferente, le recomiendo que evalue que esta haciendo en este mundo y en que está gastando sus días.

Caracterizado por su irreverencia, pero sobre todo por su originalidad a la hora de ejercer su legítimo derecho a la crítica. Es hijo y consecuencia de los años y de las situaciones socio-políticas en las que (como todos nosotros) se ha visto obligado a vivir.


Con respecto al humor social y político, pero al de crítica fundamentada y "seria" y no a aquel que se encarga de hacer mofas y ridiculizar, pienso que es una de las maneras más sanas y seguras que queda de disentir. Lastimosamente la gente -y paradójicamente también- no se lo toma en serio, de manera que termina volviéndose un poco intrascendente, afortunadamente quienes lo hacen, los creadores tienen más posibilidades de seguir vivos sin ser acallados.


Pero bueno, en este caso no quiero referirme a ninguna caricatura de las que acabo de mencionar sino al escrito "La vida según Quino" que ya me ha llegado varias veces al correo electrónico, causando siempre la misma sensación de extasis y, si se puede decir, traba temporal. Eh de decir que nunca se me había ocurrido ver la vida al revés, pero es maravilloso. Creo que alguna vez en alguna serie olvidada de televisión le pasaba algo parecido al protagonista, pero todo el mundo se preocupaba porque iba a desaparecer. Influenciado por esto tenía la misma percepción, pero sin lugar a dudas la vida como la plantéa Quino sería genial.


Comenzando por la muerte. La muerte aún hoy debería ser venerada como en culturas antiguas, realmente lo único malo de esta es el dolor que deja en los que quedan vivos, pero pues, como dicen, el muerto al hoyo y el vivo al baile. Solo veo dos problemas, ¿cómo comenzar por un fin si se supone que después del fin no hay nada? y, siendo el bendito orgasmo el momento final ¿no sería este una muerte? y no me refiero al concepto de "pequeña muerte" sino a la posterior nada. Aún así me sigue gustando mucho la percepción de la vida que da Quino, y en este punto recuerdo una frase que no se a quien deba atribuírla, pero que he visto en algunos subnick de messenger: Hoy quiero ser lo que era cuando quería ser lo que soy.


Por un momento olvidémonos de los avatares de nuestra sociedad consumista, injusta, desigual, avara, egoísta, etc, etc, etc....y pensémos de manera egoísta. No se si fui producto de un buen orgasmo y realmente no me atrevo a preguntar, pero ¡¡¡ESO SI ES VIDA!!!

lunes, 10 de noviembre de 2008

Muerte caminante

De nuevo, una vez más algún impulso extraño se adueña de mí. La ociosidad es la madre de todos los vicios, y si mi vicio cuando no encuentre nada que hacer de manera inmediata y satisfactoria será el escribir, entonces esa es una madre a la que le tomaré mucho cariño.

Un hombre sólo se encuentra en su casa, en su cama, sus ojos miran para el techo, pero él esta adentrándose en su propia alma, buscando de nuevo lo que no se le ha perdido. Probablemente no es un NN, mucha gente lo debe conocer, igualmente el debe conocer a muchos similares, pero su vida está vacía a tal punto que se siente como la roca del desierto que nunca ha tenido la fortuna de ser pateada por ningún animal.

Se encuentra pensando, da vueltas y vueltas sin rumbo, sin saber a donde quiere llegar, rabia y melancolía asaltan su alma, alma inocente y pura, pero desprotegida ante la arremetida que día a día su mundo y su supuesta realidad se empecinan en llevar a cabo. ¿Lágrimas? No, ni siquiera eso vale la pena, aunque serían la mejor medicina o la mejor droga para sus heridas y sus cicatrices. Las lágrimas sacarían de sí todo el rencor que tiene, toda la tristeza que en él se agolpa inclementemente y no lograrían más que alargar lo inevitable, aplazar el momento en que su sangre se rebozará y decidirá salir enérgicamente, por su nariz, por su boca lavando aquellos labios sucios, por sus ojos impuros testigos de la maldad, de su maldad, de nuestra maldad. Ya no tiene valor ni para llorar.

Se levanta, se toma la cabeza, toma sus cabellos como intentando arrancarlos de sí, como intentando despojarse de algo que siempre aunque se intente cortar y mantener igual sigue creciendo de manera voluntaria. El sudor empieza a recorrer su rostro, y la sien, llega hasta sus labios con ese inconfundible sabor salado, recorre su vientre también acercándose a sus genitales, coquetea con los bellos de sus piernas, impregna todo su ser. Ese sudor lava su presencia y le da un aura extraña, de desesperación y desconsuelo.

Se levanta, busca sus zapatos, uno de ellos se esconde debajo de la cama pero al final no puede escapar. Se calza apresuradamente y camina con rapidez hacia la puerta, no sin antes tomar la chaqueta negra de cuero que lo ha acompañado en los momentos más deprimentes de su existencia. Lleva un papel en la mano, no tiene conciencia del momento en que lo cogió pero lo aprieta con fuerza. Sale cerrando con fuerza la puerta y no mira hacia atrás. Camina con determinación, pero no sabe hacia donde se dirige. “¿Hacia dónde?” Le preguntaría el taxista, “hacia ningún lugar” sería la respuesta más probable y más realista, pero ante la segura impotencia del desconocido para cumplir sus ordenes decide simplemente caminar.

Sus pies no reciben orden alguna, se mueven de manera casi autómata coordinándose solo con sus ojos. Las primeras calles que recorre le son muy conocidas, allí creció y formó todo lo que en este momento no puede ver pero si sentir, y no hablo de ningún dios ni de ninguna fuerza sobrenatural, hablo de su espíritu. Imágenes llegan a su cabeza por montones, muy familiar se le hace cada esquina y cada acera. Los amores imposibles que recorrieron aquellas calles con desprecio e indiferencia llegan en forma de recuerdos como flechas que atraviesan su corazón ya sangrante. Aprieta más sus manos, sobre todo la izquierda, en la que lleva aquel papel.

Avanza con rapidez, con movimientos ágiles y seguros. El viento atraviesa sus cabellos, acaricia sus orejas y se opone a que mantenga sus ojos completamente abiertos. El sonido que este causa le produce tranquilidad y sosiego, pero aumenta su impresión de soledad. Su apariencia es lúgubre, la oscuridad se adueña de él y opaca los latidos de su corazón rebelde que contrario a lo que su cabeza quiere sigue palpitando. Se adentra en territorios desconocidos, estas calles y carreras ya le son ajenas y desconocidas, no tiene la menor idea de que historias las hayan recorrido y mancillado.

Un perro que ladra, un borracho que canta, una mujer que llora y la luna que lo mira son la única compañía que tiene cerca. Camina zigzagueante, de una luz a otra, como huyendo a la oscuridad que tanto lo persigue, eventualmente un farol de aquellos falla y la oscuridad ve la oportunidad de adentrarse más en el temeroso y cobarde tipo. De pronto la tranquilidad de aquella noche se ve interrumpida por una sirena, el sonido del caucho haciendo fricción con el pavimento por las bruscas frenadas y un hombre que corre desesperadamente con un arma en su mano. Todo es rojo, azul y un poco verde. Una potente ráfaga de “los buenos”, la bala sale, su destino es la cabeza de “el malo”, o por lo menos alguna cabeza. Encuentra la de aquel tipo, la del hombre que tan solo hace setenta y tres minutos se encontraba tendido sobre su cama.

El cuerpo se queda quieto, como esperando, expectante antes los sucesos posteriores, de pronto las siluetas se confunden y recibe otra descarga de plomo, esta vez contundente, un tiro de gracia. Primero las rodillas, luego las manos que amortiguan la caída para que el muerto no sufra mucho, el torso. Ahora esta tendido en el suelo, derramando su sangre y respirando por última vez, despidiéndose del mundo que con alegría le mueve la mano, del mundo que nunca fue para él, que nunca lo supo comprender y que nunca lo quiso adoptar. Ahora no es más que un trozo de materia orgánica tirado, sin alma, sin vida, sin esperanza de nada, sin ganas, características que tenía antes de ser asesinado.

Los agentes de la ley se acercan para ver el cuerpo, la camioneta frena y ellos se bajan. Todo ha sido un error, desde el nacimiento del hombre hasta la confusión del momento inmediatamente anterior. Su vida fue un error, pero su muerte también lo fue. Notan que en una de sus manos, la izquierda que momentos antes perdió la fuerza para seguir apretando, hay un trozo pequeño de papel, arrugado y húmedo. Atrevidamente alguien lo toma y lee con desprecio y torpeza:

Adiós mundo de mierda al que tanto adoré y al que tanto quise aferrarme hasta el último momento. Adiós mujeres de mierda que nunca fueron capaces de encontrar lo que tanto buscaban, lo que para ustedes había guardado dentro de mí. Adiós madre de mierda, única razón por la que no había tomado esta decisión antes, única responsable de mi desgracia por haberme traído pero también responsable de mis pocos momentos de felicidad por haberme mantenido. Adiós tierra sin dios, sin son ni ton, sin rumbo y sin esperanza…y a vos, testigo de mi muerte, el momento mas sensato de mi existencia…ADIÓS.

De nuevo es arrugada, maltratada y tirada al suelo, cerca del cadáver al cuál pertenecía.

No se bien que fue lo que pasó, si él salió en búsqueda de su muerte o si ésta ya le estaba siguiendo los pasos. Lo cierto es que tenían una cita inaplazable a la cual ninguno de los dos podía faltar. Después de 16 años ésta se convirtió en la mejor y única amiga que tuvo, la más fiel y leal, pero sobre todo, la más justa.

Y allí yace, en una calle desconocida, ante verdes desconocidos, desconocido él mismo, cerca de un perro, un borracho y una mujer desconocidos también, bajo la luz y la mirada de las únicas que lo conocían y sabían lo que iba a pasar, la maldita luna y su maldita noche.

domingo, 9 de noviembre de 2008

¿Qué es un periodista?

ESTA ES UNA ENTRADA ESPECIAL PARA MI. DEDICADA A TODOS AQUELLOS QUE PREFIEREN GASTAR SUELAS QUE RODILLAS, SOBRE TODO PARA AQUELLOS QUE POR ESTO HAN PERDIDO SU VIDA O HAN DECIDIDO LIMITARLA.

Esta es una pregunta que probablemente me tomará toda la vida para responderme, en caso tal me iré a la tumba sin saberlo, sin embargo por alguna extraña razón he decidido seguir este camino así que mas me vale tener algunas nociones generales acerca esto. Pensándolo bien lo que aquí plasmare no serán nociones generales, más bien impresiones personales, así que, ahí van…

Un periodista es, en el sentido más lógico y obvio de la palabra una persona que ejerce el periodismo. Es una persona que se ha dado cuenta de que por hechos fortuitos llegó al mundo y está destinado a quedarse en el, pero que al mismo tiempo se ha dado cuenta de que mundo es en el que vive. Es el más sagaz escritor, porque sus letras están fundamentadas no solo en la práctica sino en la pasión por el hecho de escribir, o en un sentido más general, de escribir y hablar en radio, televisión o prensa escrita, pero sobre todo es el más voraz lector, sobre todo de su entorno. Es además un guardián defensor del lenguaje.

El periodista es un constante observador, es testigo de su mundo, espectador de la realidad y comunicador de ésta. Es una herramienta que va entre la información, quienes la protagonizan y a quienes les interesa conocerla. Por otro lado, el periodista es un erudito, o por lo menos debe serlo, eh aquí que a la profesión se le aplique tanto aquello que reza el viejo adagio del “mar de conocimientos con un centímetro de profundidad”, aunque yo pensaría que no tiene uno sino dos centímetros: es historiador, politólogo, sociólogo, economista, abogado, profesor, filántropo.

Un periodista es un fiscal de su sociedad, o de cualquier sociedad que incluso lo considere a parte de ella. Es un crítico fundamentado por naturaleza, esto hace parte más de su personalidad que de las características de su oficio. Es una esponja que durante toda su vida se dedica a absorber y a aprender, a fortalecer su criterio, paradójicamente muchas veces a partir del criterio de otros. Es un ser capaz de criticar en los otros todo aquello que cree que está mal pero que muy probablemente el no sería capaz de hacer bien.

El periodista es un invento de la democracia, causa y consecuencia de ésta. Es un pendenciero que intenta ser incluyente estando por encima del bien y del mal. Es un sujeto que basado en los utópicos principios de objetividad e imparcialidad actúa con la esperanza de generar conciencia, y junto con ésta, cambio y evolución.

Por su naturaleza y por su función se debe suponer que un periodista es un amigo del pueblo y un enemigo del poder. Un periodista es negro, anciano, indígena, niño, hombre y mujer, homosexual y heterosexual, pobre más que rico, intelectual, pacifista, estudiante y obrero.

En esencia el periodista es un curioso dispuesto a no quedarse con curiosidad, a hallar respuesta a todos los interrogantes de su vida y de su sociedad.

El periodista es un soñador, iluso e ingenuo. Es un alimentador de utopías. Es consecuencia de las adversidades, ya que si todo fuera color de rosa se verían muy reducidos, pero esta vez no por la censura ni por el plomo, sino por la falta de oferta. Es un caminante bohemio y loco que ha perdido en cierta medida el sentido de la supervivencia.

El periodista es víctima de sus pretensiones de igualdad y de libertad, de verdad y de razón, de progreso y educación. Víctima mortal en muchos tristes casos.

Es más que un ser humano, teniendo en cuenta de que el oficio es todo un quehacer y una forma de vida, es un periodista.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Nuestra Tele... 24 horas

Hoy por un hecho completamente fortuito me di cuenta de que en la mañana fué la inauguración o el estreno de un nuevo canal de noticias llamado "Nuestra Tele 24 Horas", un canal de RCN que como su nombre lo indica transmitirá durante 24 horas seguidas noticias con la "calidad periodística" de la cadena.

Como estudiante de periodismo debería alegrarme de que en Colombia se haya creado un canal de este tipo. Me parece positivo que hayan más medios, además de que ello puede significar mas oferta laboral para mí y mis compañeros en un futuro no muy lejano, pero la realidad es que no estoy completamente satisfecho.

RCN es un canal privado que con frecuencia deja los más básicos principios periodísticos por el suelo (hablando estrictamente del noticiero y de los famosos programas de opinión), esto lo hace aproximadamente 3 o 4 veces al día durante más o menos una hora u hora y media. Lo que me preocupa es que ahora no va a pasar 5 ni 6 horas en el día, ahora serán 24, con el agravante de que la directora es la señora Claudia Gurisatti, conocida por su labor en el programa "La Noche", un espacio nocturno que es difícil aclarar si es programa de entrevistas, de análisis, o de opinión (solo la de ellos).

Difíciles decisiones se acercan a la vida de muchos colombianos: Ver "Muy buenos días" con el señor Jota Mario o ver "La Mañana" con la señora Gurissati. En mi opinión creo que la mejor opción sería encender el televisor, literalmente.

Para hablar con mayor propiedad del nuevo canal tendría que verlo primero, pero por ahora solo me queda esperar las opiniones de otras personas, ya que afortunadamente, de acuerdo con el poco conocimiento que tengo hasta ahora, solo es posible encontrarlo con DirecTv. Afortunadamente no porque no lo quiera ver, al contrario tengo muchísima curiosidad, sino porque de continuar con la línea oficialista e irresponsable presentada y conocida de RCN, sería fatídicoque todos los ciudadanos colombianos tuviesen acceso a la "información" las 24 horas del día.

Por último haré alución a un stencil que veo cada que voy a clase, pero del cuál desafortunadamente no tengo imágenes: RCN. Ni nuestra, ni Tele.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Divagando por mi cabeza

Resulta que cuando se tienen problemas existenciales por cualquier razón es difícil concentrarse y dedicarse a escribir sobre cualquier otro tema. Todo se va tornando alrededor de lo mismo, y, ni la mente ni los dedos dan para nada más. Así que, para saciar mi necesidad de escribir algo en este momento, pondré aquí algunos pensamientos que he tenido en las últimas horas.



Definitivamente no me pondré a pensar si tiene o no sentido el estar aquí, sencillamente es algo que pasó y a lo cual es difícil oponerse. De hecho las circunstancias que propician los vacíos enormes que en este momento tengo en el estómago, o bueno, en toda la caja toráxica, y pensando como músico, en el diafragma; son propiciadas por otras razones, más de vivir que de vida.

Aunque tristemente es muy fantasioso aún, se dice que venimos al mundo para servir, que "quien no vive para servir no sirve para vivir" y cosas así. Nunca me había preguntado de quien parte este pensamiento, pero me imagino que es de la moral cristiana o alguna similar. Pero, de que sirve servir a los demás cuando la propia vida es un desastre. No quiero decir que mi vida sea un desastre, lo que si es cierto es que es difícil pensar en que hay personas con grandes dificultades, mayores a las propias, cuando estas últimas no nos dejan ni siquiera respirar naturalmente.

Pensando mucho llegué a la conclusión, no muy profunda, de que al mundo no se viene a servir a los demás, eso no es más que una consecuencia, necesaria y hermosa consecuencia. Realmente los hombres venimos a servirnos a nosotros mismos, es decir, a cada uno. A buscar algo que realmente no se nos ha perdido. No se a quién se le metió en la cabeza la idea de que venimos a buscar la felicidad, no se si esto sea o no cierto, la cuestión es si es o no posible, cuestión que también es poco discutible, habría que hablar con uno que otro muerto para ver que opinan al respecto.

¿Qué es lo que hace falta a una persona para sentirse relativamente completa y poder dedicarse a algo más que vivir y dejar vivir? Yo diría que solo una cosa, capaz de llenar el vacío más grande de todos y de sanar las más profundas heridas: el amor. Pero bien, es necesario aclarar que no hablo del amor en un sentido global, no hablo del amor por el papá, la mamá o los hermanos por ejemplo, que son amores verdaderos pero fundamentados sobre todo en la costumbre. Hablo del amor como entrega incondicional, como complemento, como un intercambio atrevido de almas y de corazones, el amor como verdadero motor. También veo necesario aclarar que ese amor cuando no es correspondido es algo así como un fetiche, pues es difícil mantener un amor sin interactividad y retroalimentación, se vuelve una tendencia voyeurista.

Bueno, he llegado al centro de mi asunto, espero que esto no siga siendo una dificultad para escribir acerca de otras cosas, bien sea porque logre desviarlo de mi "agenda mental" o porque, caso que veo remoto, encuentre ese algo que tanta falta me hace y que tanto necesito.

Ah, y por último, el amor está también en el servicio, servir al otro también es amarlo, cuando parte de los más profundos y sinceros deseos de nuestro interior. Digo esto porque me acabo de dar cuenta de que el amor y el servicio son términos que pueden ir bastante juntos.

lunes, 27 de octubre de 2008

Los músicos de orquesta

foto de la orquesta sinfónica de Tenerife, cortesía de google

Interesante artículo del recordado maestro Gyula Bando, ex-director de orquesta y coro que vivió en Valencia, Venezuela, por años, e hizo una encomiable labor en esa ciudad. Llegó a mi correo hace ya varios días y me pareció interesante y muy acertado además de chistoso.

Todas las orquestas del mundo tienen la misma característica: Sus miembros se dividen en dos categorías. Los primeros, quienes están contentos con su destino, los segundos quienes no y jamás lo serán.

Los primeros, quienes fijaron como meta en la vida el ingreso en una orquesta sinfónica, si lo lograron son felices, no poseen otros objetivos, sólo alcanzar la vejez feliz y el mayor bienestar material posible con pocos ensayos y la menor cantidad de conciertos posibles.

Al otro grupo lo constituyen las ambiciones frustradas, quienes aspiraron ser solistas de renombre mundial y ahora se tienen que conformar con un puesto odiado y simple en la orquesta. Hay que comer, el grillo tiene hambre y ya escasea la comida de las hormigas laboriosas, para mantener contentos a los grillos ambiciosos. Existen pocas focas y hay demasiados esquimales con talento.

Las cuerdas constituyen el grupo de los quejosos, los vientos a los grupos de los descontentos.

Los astros 'primadonnas' de las cuerdas son los primeros violines. Estos casi todos se sienten solistas, y detrás de las bambalinas luchan audazmente para conseguir tener un puesto de una silla más adelante en un atril más delantero que su colega e íntimo amigo. Ellos disfrutan de todas las prioridades durante el concierto, por esto estudian sus partes con gran esmero y exactitud y también controlan a sus colegas durante 1ra ejecución con precisión y sin la mejor voluntad. Si viene un pasaje embromado,el músico de más edad, por consiguiente con una técnica más débil recibe de improviso un ataque de tos y observa con alegría íntima como su colega joven lucha con las dificultades, fracasando muchas veces.. Así el colega de mayor edad mantiene su superioridad sobre el joven.

El solista más solista de todos es el concertino, el rol más ingrato habido y por haber, tiene que tocar sus solos delante de todos sus compañeros críticos. Sus logros son sólo comparables con el rol de un buen torero. Se dan la mano con el director -haruspex ridet haruspicem- comparte todas las alegrías del evento musical, y su compañero es el segundo concertino a quién sólo las leyes severas existentes impiden matar a su colega concertino. Directores menos .

Los segundos violines son los parias de la orquesta. Se trata de gente con molestias gástricas o de hígado, a quienes el cruel destino condenó a observar el éxito de otros y que actúen como 'Lázaros' en los festines de los ricos. Los segundos violines ya dan señal de su protesta con el hecho de que ocasionalmente muestran la parte trasera del violín al público. Con crítica amarga constatan, que antaño en el conservatorio, antes de la división de los buenos y los malos tocaban el violín y no el segundo violín. Generalmente se vengan de esta injusticia componiendo, tocando o dirigiendo en una orquesta de aficionados. Son ellos en su mayoría los agitadores, que se nutren y toman sus fuerzas de estas orquestas desconocidas. Mas son ellos quienes primero se desilusionan de su profesión, no se dedican a sus instrumentos y después de pertenecer diez años a la orquesta ya apenas pueden tocar el violín. Los directores con experiencia saben esto, y apenas perciben una desafinación no hacen nada al respecto (no hay nada que hacer).

Las violas son conscientes de que su instrumento no pertenece al sector de los elegantes privilegiados, su prestigio es mantenido con un aislamiento de supremacía. No mantienen contacto con los violines segundos y tienen una actitud provocativa hacía el director, confiando que el director no conozca suficientemente la lectura de su clave.

Los rivales más peligrosos de los primeros violines son los chelos, quienes consideran su desempeño lo más importante de la orquesta, por eso sienten cierta superioridad hacía sus colegas, mas 'Nobleza obliga', se mantienen cordiales con sus semejantes. A pesar de ser conscientes de su importancia muchas veces cometen el pecado de querer actuar como solistas, y en cuanto a su afinación, pocas veces se puede considerar un deleite artístico un solo de 'Tosca' o 'Guillermo Tell'.

En los vientos, la ejecución y el carácter de los músicos varía según el instrumento.

Los flautistas son capaces de llegar a las notas más agudas y veloces, por esta razón se sienten privilegiados. Se ofenden por la menor observación del director, durante los ensayos se cruzan de piernas haciendo indiferencia a las explicaciones del director, señalando de esta manera que lo oído no es interesante y ya hace tiempo conocido por ellos. En sus años juveniles han sido normales, pero después de unos años de soplo constante, a veces sufren de ataques de histeria. Su carácter no es muy confiable, sus objetivos son alcanzados con astucia. Los métodos de construcciones orquestarles nos relatan, que más desafinada que una flauta, sólo pueden ser dos flautas, salvo excepciones.

Los oboístas son gente amarga. Tienen que hacer sonar el instrumento a través de una caña muy delgada. Con el tiempo estas retenciones de aire ocasionan perturbaciones en el músico. Sufren ocasionalmente de ataques de cólera, no tienen muy buena relación con sus colegas. Generalmente mueren de gastritis o arteriosclerosis.

Los clarinetistas en cambio son gente de mucho humor y alegría, de eso son conscientes, mueren en forma natural y por esos viven felices una larga vida. Al director muchas veces irrita la forma de tocar de los clarinetistas, dado que al tocar, la boca del ejecutante parece transformarse en una risa burlona. Por eso el director considera a veces a los músicos como un enemigo oculto y en los clarinetes visualiza esta ironía.

Pero el terror de los directores de orquesta son los fagotistas. Estos rara vez pueden sacar sonidos placenteros de sus instrumentos no muy filigranas y por esa razón sufren de complejos de inferioridad y a veces se manifiestan agresivos. Muchas veces son víctimas del alcoholismo, quizás para contrarrestar el amor no correspondido por parte de la Música.Marcamos a los cornos con los números designados por los compositores. El primer corno toca la parte más aguda, el cuarto la parte más baja. La relación de 4 a l no obstante es diferente, es en realidad 40 a 1 a favor del primer corno!!. El primer corno es el instrumento de mayor peligro en toda la orquesta, dado que hasta el público no muy experto en música sabe, que es imposible un concierto sin una falla del corno. Por las fallas los primeros cornos se dividen en dos categorías a saber: los primeros que después de haber cometido una falla sonríen como perdonándose, la segunda que se enoja y dice malas palabras ya antes del error, pues sabe, que lo va a cometer. Este comportamiento los cornos también lo aplican luego en la vida cotidiana en la sociedad. El rival del primer corno es el tercer corno, quién cree firmemente que el primer corno va morir de muerte natural y que heredará su puesto. Pero si por azar tiene que tocar la parte del primer corno, producirá una serie de fallos y de este modo, en forma alternada, sonreirá y maldecirá.

Los trompetistas son los seres más inteligentes de la orquesta. Su inteligencia crece en cada ensayo y concierto. La causa de esto es que tienen mucho más silencios que notas para tocar. Este lapso es utilizado para la lectura del diario, un libro o algún juego. Su superioridad intelectual se manifiesta en las observaciones satíricas contra las indicaciones del director de orquesta. Estas observaciones no son tan fuertes, como para que los escuche el director y disfrute de ellas o aprenda algo, pero sí son muy audibles para segundos violines y violas, o sea para los grupos no muy respetuosos de la autoridad, convirtiendo al ensayo más aburrido en placentero. Los directores de orquesta generalmente no aprecian los esfuerzos de los trompetistas para hacer amenos a los ensayos, y por esa razón entre él y los ejecutantes de estos instrumentos irritantes existe una tensión constante. Se puede reconocer a los trompetistas generalmente por la falta de sus dientes de adelante....

Más silencios tienen las tubas y los trombones. Estos se alejan con la precisión de un cronómetro. Generalmente paran en los bares cercanos a la ópera y regresan con igual exactitud para hacer sonar sus instrumentos con acordes de fortísimo.

El percusionista se sienta en un podio elevado durante el concierto y atrae toda la atención del público. Es el amigo del director de orquesta, con quién cambia miradas afectuosas durante el concierto. A veces interrumpe el silencio con una intervención inesperada. A las notas de este evento sería imposible encontrarlas en la partitura del compositor.

Los arpistas llaman la atención con la afinación interminable, pues las cuerdas bajan a la entonación original y no concuerdan con el diapasón de la orquesta. Las arpistas, o mejor dicho, las damas del arpa, gozan de prioridad y de privilegio, donde la técnica de la mano y de los pies juega un factor importante, aunque aquí también un paso al costado trae consecuencias funestas. Como en muchas obras no figura el arpa, muchos arpistas tienen paralelamente otro oficio y los músicos creyentes en la teoría de la reencarnación en su próxima vida esperan ser arpistas.

A los contrabajos hay que rendirles homenaje especial. Estos, con ejercicios de gimnasia, intentan producir sonidos musicales con su enorme instrumento. Estos intentan rivalizar con los chelos y hasta se animan tocar solos con supremo esfuerzo. Sus hazañas son parecidas al domador de león, a veces están ubicados sobre un podio, de otro modo no serían visibles, a veces arrancan sonidos finos de eunuco, que contradice con el tamaño del instrumento. Los contrabajistas son irremediables, pues hasta el fin de sus vidas están empeñados en estos esfuerzos supremos y si no lo consiguen, sufren de ataques de cólera


***


Gyula Bandó es director de orquesta. Nació en Budapest. Llegó con la Orquesta Filarmónica de Budapest a Leipzig en los últimos meses de la segunda guerra mundial, antes que los rusos ocuparan Budapest. La Filarmónica de Budapest a pesar de la agonía de la guerra ofreció conciertos semanales en Leipzig hasta el último momento de la rendición de Alemania, para una población semimuerta por los bombardeos, atenuando así el horror para los inocentes, y amantes de la música. El concertino, maestro Szentgyorgyi ha sido traído por Perón junto con Walter Gieseking y Ernst von Dohnányi a Tucumán. Gyula Bandó dirigió luego en Amsterdam, Paris, Venezuela, Teatro Colón.Actualmente reside en Paris

domingo, 26 de octubre de 2008

A los foristas

Debido a mis intereses suelo leer prensa, intento de vez en cuando variar en las tendencias que leo, aunque eso me cueste un poco el mantener mi paz interior. Sobre todo los días domingo se me ha vuelto costumbre el revisar prensa, en especial la sección de opinión, aunque debo confesar que solo lo hago a dos medios, por ser de los pocos que me parecen decentes y responsables.

Debo decir que estas son costumbres que debo reformar: por una parte debo leer, ver y escuchar todo tipo de medios aunque me parezcan funestos, bien se dice que lo que se odia o por lo menos aquello por lo que no se tiene gusto ni aprecio debe ser conocido mucho más a profundidad que el resto de cosas en cuestión, sea cual sea el tema. Por otro lado el dedicarle más tiempo a leer columnas de opinión que noticias también es un hecho cuestionable en mí, es querer (inevitablemente) buscar crear criterio a partir del criterio de los demás, no siguiendo fielmente lo que dicen porque terminaría siendo un lorito más en la gran bandada que ya tiene este país; de nada sirve tener criterio cuando no se está bien informado.

Cuando leo secciones de opinión de cualquier medio hay algo que no puedo evitar, y es un comportamiento (no se si bueno o malo para el oficio) parecido al de la polilla que se acerca encantada a la luz que terminará siendo su final. Afortunadamente esto no va a terminar con mi vida, pero si es causante de constantes ganas de vomitar, repudio y perdida de mi tranquilidad. Este comportamiento es leer a los foristas, es decir, a todas aquellas personas que escriben lo que piensan acerca de tal o cual tema y que por demás hablan con bastante propiedad proveniente de quien sabe donde.

No me gustaría que pareciera que voy a censurarlo, pero bueno, creo que eso es lo que voy a hacer. Cuando a los directores de los medios, específicamente de las ediciones digitales de estos, se les ocurrió dar voz a sus lectores, estoy casi seguro de que lo hicieron por aquello de la función social del oficio y por el interés democrático de ser plurales, y bla bla bla. Creo que lo que nunca se imaginaron fueron las ardientes y apasionadas batallas que se iban a armar diariamente, y más aún los fines de semana, entre las diversas posiciones de los colombianos “pensantes”.

La palabra es el arma más bella que puede existir. Sirve para convencer, persuadir, deslegitimar, argumentar, dar y quitar poder, entre muchísimas otras utilidades, pero lamentablemente también sirve para matar (no directa y literalmente), para mentir y para acallar. Afortunadamente las palabras utilizadas por mis queridos foristas no tienen mas poder que el de exacerbar a aquellos que no estén de acuerdo con lo que dicen, o en el mejor de los casos, convencerlos y hacerlos ser mas flexibles en ciertas posiciones, porque de lo contrario, en el hipotético caso de que la palabra tuviese poder directo, créanme que desde que se crearon los foros las cifras de muertes violentas y todo tipo de asesinatos se habrían disparado de manera alarmante, dando lugar a un nuevo capítulo de la historia colombiana: la violencia, ahora no bipartidista, sino “plurideologista”, o bueno, simplificando las cosas como le gusta a muchos de mis compatriotas, entre uribistas y antiuribistas.

No tengo la menor idea de quienes sean los mas asiduos, mucho menos de cual sean sus historias personales, formaciones académicas, etcétera. De lo que si tengo idea es de que la mayoría de ellos hablan más poniendo en funcionamiento el estómago y el corazón que el cerebro. No quiero decir con esto que sean brutos, incompetentes o estúpidos, con esto quiero decir es que sus opiniones están cargadas más de pasión que de argumentación, mas cargadas de lambonería y odio –según el caso- que de análisis.

Estás eran algunas de mis consideraciones acerca de estos, pero antes de terminar quiero decirles algunas cosas a estos, si es que alguno me lee:

-La función de la prensa, y más de la de análisis, no es la de servirle a nadie, sin importar cual sea su postura ideológica, su función es la de ser una constante y aguda veedora y crítica de la realidad en la cual está.
-Me parece que términos como “mamerto”, “godo”, “fascista” o “terrorista” deben ser bien utilizados o sino replanteados. No entiendo porque el uso indiscriminado de palabras de este talante.
-El día que pensar distinto sea algo malo, que pueda ser considerado un delito o algo indebido, ese día habrá muerto totalmente nuestra democracia agonizante. El respeto y la tolerancia hacia las diferencias de todo tipo son no solo necesarias, sino imprescindibles herramientas para la convivencia que tanto necesitamos.
-Nada es lo que parece, aunque todo quiera parecerse a lo que es.

A pesar de todo y, de manera masoquista, creo que seguiré con este hábito, pues me interesa saber que es lo que piensan quienes leen prensa en este país, aunque me ponga a hervir la sangre. Y que quede constancia de que trate de ser lo más imparcial posible en este escrito, ustedes dirán si lo logré.

viernes, 24 de octubre de 2008

Crónica de una muerte anunciada


La mañana transcurría de manera muy normal en la universidad. Debido al cese de actividades decretado unos días antes por la honorable asamblea de estudiantes estaba un poco sola, poca gente transitaba por los pasillos, plazoletas y bloques. La tranquilidad fue interrumpida por un aviso que a modo de anécdota nos dio una compañera: “hay una paloma muerta en la fuente”. Fue gracioso que nos dijera esto después de tanto rato de estar hablando. Decidimos salir y ver qué era lo que había pasado, no por nuestro interés periodístico de llegar al fondo de los acontecimientos sino por simple y mórbida curiosidad.

Cuando llegamos al lugar de los hechos efectivamente vimos el cuerpo flotando en la fuente que conecta con la principal insignia de la universidad, exactamente bajo el segundo nivel de la biblioteca, al lado izquierdo de la entrada parándose frente a ella. Todo era muy normal hasta que vimos que el presunto cadáver movió la cabeza. En comienzo pensamos que era la corriente la que hacia que la cabeza se moviera de un lado a otro, pero después de un momento de observación nos dimos cuenta aterradoramente de que el animal estaba vivo, vivo y flotando entre las aguas con impotencia. Si yo hubiese estado solo probablemente la pobre ave habría tenido que resignarse a su dolorosa agonía y después de unos momentos de lucha infructuosa habría llegado a su final. Afortunada o desafortunadamente para ella, las personas con las que me encontraba decidieron hacer algo, yo por supuesto los acompañe. Buscamos a quien estuviera encargado del aseo de la fuente y después de mucho andar de un lado para otro encontramos a uno de los trabajadores de la universidad que se metió al agua, buscó la red debajo de las escaleras de la biblioteca central y con ella sacó el cuerpo dejándolo a disposición nuestra. La escena era un poco triste y un poco deprimente: el animal que parecía todo menos una paloma estaba como entumecido, no podía mover las piernas y su cuello parecía obedecer más a la ley de gravedad que a su propia voluntad, sus plumas reunidas por el agua dejaban ver su blanco pellejo dando apariencia de calvicie, como si el preámbulo de su caída al agua hubiese sido una feroz batalla en la que hubiera perdido parte de su plumaje.

Por fortuna para ella el día era soleado y el medio día se acercaba. Nos sentamos cerca de la fuente de la plazoleta central y allí pusimos a la plumífera al sol. Entre chiste y chanza mostrábamos cada uno a nuestra manera que nos importaba la paloma, unos diciendo que era mejor dejarla morir debido a la condición en que se encontraba, otros haciendo todo lo posible para restablecerla, así fuera a las malas. Un buzo fue facilitado por su dueña para acelerar el proceso de recuperación del calor corporal, otra decidió ir a buscar hojas secas pensando que el ambiente de nido ayudaría en algo para esto. Después de un momento la paloma empezó a mostrar señales de vida al mover sus alas, como con la ingenua pretensión de volar o de manera estratégica para acelerar el secado de estas, el problema es que no se podía parar por lo cual alguien debía mantenerla en sus manos. Después de un rato de estar allí haciendo corrillo a la tortura de buena fe por la que atravesaba la paloma y después de haber sido el blanco de la mirada de todos los transeúntes curiosos decidí ir a hacer algo que debía, me despedí y entre a la biblioteca pensando vagamente en el futuro del ave.

Durante algunos minutos me concentré en otras actividades, charle, pensé en otras cosas más y menos importantes y respire polvo de periódicos de hace 22 años, con el agravante de que era polvo de El Tiempo. Después de empaparme de la actualidad de nuestro pasado decidí salir y almorzar como descanso para luego volver a mi labor glúteo-cerebral. En mi camino me encontré de nuevo con aquellos defensores de la vida que un rato antes había dejado.

Ellos eran probablemente los mismos, o por lo menos muy parecidos, la que no era la misma era la paloma. Ahora parecía merecer vivir, su plumaje estaba seco casi por completo, se había esponjado dando apariencia de mayor volumen, estaba parada en el dedo de uno de ellos moviendo sus alas con ahínco como expulsando la muerte que tan cerca había tenido unos momentos antes. Su color negro impedía relacionarla con la imagen del espíritu santo trinitario, pero por lo menos ahora se podía ver sin mucho esfuerzo lo que era. Habían transcurrido aproximadamente cuatro horas desde el momento en que la encontramos, es decir, fueron cuatro horas que ellos dedicaron a su labor “palomitaria”. El orgullo se notaba en sus caras junto con el cariño que le habían tomado después de ver su aparentemente satisfactoria recuperación. Hasta nombre obtuvo durante todo ese rato: Moisés, por aquello de “salvado de las aguas”. Seguí caminando con ellos, me contaron que el proceso solo había requerido de paciencia y de la complicidad de los rayos del sol, pero que a pesar de todo el animal no había querido comer, además tampoco era capaz de volar, no alcanzaba más de lo que puede lograr una gallina en uno de sus mas largos vuelos, yo dije que probablemente era un pichón porque a pesar de no ser pequeña tampoco alcanzaba el tamaño de una paloma promedio, además eso explicaría el extraño color de su plumaje, el hecho de que no comiera, su incapacidad para volar y el motivo por el cual había llegado a el lugar en donde la encontramos.

Se decidió de manera creo que unánime que era momento de seguir con nuestras vidas, de dejar a parte los problemas del plumífero y preocuparnos por los nuestros, así fueran menos graves que la supervivencia. Fue dejada sobre una placa creada con el interés de homenajear a algún mártir olvidado del movimiento estudiantil, ya que antes habíamos visto que de dejarla en el suelo corría el riesgo de ser aplastada por algún desprevenido caminante porque parecía no percibir el potencial peligro que se le acercaba con cada paso. Allí quedó ella, pero en mis compañeros quedo la preocupación por lo que pudiera pasarle. A pesar de todo estábamos convencidos de que por lo menos esa batalla la había ganado. En ese momento cada uno tomo su rumbo, dejábamos el lugar de la misma manera que poco a poco el recuerdo de la que fuese nuestra mascota temporalmente se fue yendo de nuestras memorias.

Al otro día algunos volvimos a coincidir, hablamos probablemente del país y de los últimos sucesos. Una ráfaga atravesó la mente de alguno de nosotros que se preguntó por el porvenir de la paloma, esto produjo una respuesta que no habríamos querido escuchar. El día anterior, dos de ellos decidieron dejarla en un lugar donde el sol le diera menos y donde no quedara tan a la deriva. Allí mismo fue encontrado el cadáver a la mañana siguiente. La posible causa de la muerte: inanición.

Todos los esfuerzos del día anterior se constituyeron entonces en una tortura peor, en alargar el sufrimiento de aquel ser medio vivo y medio muerto. Por más que se quiera (aunque no se deba) interferir en el que se supone es el curso normal de la naturaleza, ella siempre termina llevando a cabo su cometido. A la muerte no escapa ni el más fuerte de los robles ni el más inteligente de los hombres. Todo esto termino siendo, de comienzo a fin, la crónica de una muerte anunciada.

martes, 21 de octubre de 2008

El primer beso


El momento no era el mas intimo ni oportuno, estábamos rodeados de miradas curiosas y voyeuristas, cercanas a nosotros, aunque hubiésemos querido que no tanto, sin embargo ella y yo nos encontrábamos absueltos en nuestro mundo. Mi atuendo definitivamente no era el que mas me habría gustado tener, era tosco y burdo para un momento como ese. Ella mientras tanto estaba de Jean y camiseta colegial, su vestuario resaltaba su figura, la hacia ver tan tierna pero tan mujer y me hacia sentir un poco mas seguro de lo que iba a hacer.Unos labios hasta ese momento extraños y desconocidos, hasta ese momento ajenos y digo hasta ese momento porque desde allí, desde aquel sublime instante los sentí como míos, como propios, como parte de mi, esos labios, tan diáfanos, tan lejanos y tan cercanos a la vez, tan llamativos y provocativos, esos labios, se acercaron a mi posterior a aquella palabra que tanto queríamos, yo decir, y ella escuchar, o probablemente no, posterior a aquel “SI”. Y mis labios, inexpertos, vírgenes aún, mis labios esperando, fríos, tiesos, lúgubres quizás, no me imagino que color tendrían en aquel momento. Cada vez se fueron acercando mas, y más, su respiración a la mía, la mía a la suya, su respiración a mi piel, mi piel a la suya, su rostro a mi rostro, el mío esperando, cada vez más cerca. El momento era incómodo tal vez, pero hermoso al fin y al cabo, además esperado por años, esperado y muchas veces imaginado, muchas veces incluso planeado, pero distinto a todos aquellos pensamientos que lo precedían, simplemente inesperado.

Se dio, el primer beso. La sensación de la saliva ajena, tan sabrosa a pesar de no tener sabor, el sentir su respiración corriendo por mis labios, aventurándose por cada surco de mi rostro, la sensación de ese primer beso cargado de cariño y de esperanza, de esperanza de algo que apenas comenzaba, esperanza de alegrías y tristezas, esperanza de apoyo, el primer beso que daba esperanza de tiempos venideros, que daba esperanzas de muchos más, el primer beso.

No se como sintió mis labios, no se como sintió mi respiración, no se ni que pensaba en aquel momento, o quizás si, alguna vez se lo pregunte, para ella fue un momento de triunfo, fue un trofeo, fue un "por fin". Para mi fue un ¿qué? ¿Por qué? ¿Qué pasó?, para mi fue un cambiar, un pasar de niño a hombre, romántico quizás, pero cierto, fue un madurar completo, fue el empezar de una etapa que aún no olvido, de una etapa que jamás olvidaré. El primer beso, fue ese primer beso que marcó el primer amor, mi primer amor.

Hoy no puedo evitar recordarlo con un sin sabor confuso. Me da alegría el transportarme hacia aquel momento, pero en cuanto vuelvo a mi realidad y me doy cuenta de que perdí todo aquello por testarudez y egoísmo toda esa alegría se vuelve tristeza, remordimiento y arrepentimiento. Por ahora no hago más que sentarme y escribir, para ver si mientras tanto vuelve a llegar otro, distinto y delicioso, primer beso.

domingo, 19 de octubre de 2008

Aversión a lo negativo

NADIE QUERRA ACABAR NUNCA CON LO BELLO, Y RESULTA QUE LA MISERIA YA SE VOLVIÓ BELLA ¿SE ACABARÁ ALGÚN DÍA LA MISERIA?


En un país como este lo negativo es pan de cada día: muerte, pobreza, miseria, corrupción y varios tristes etcéteras que a diario se toman nuestras agendas y por momentos que tendemos a convertir en fantasiosos, nuestras vidas. Sin embargo también diariamente se viene desarrollando un movimiento no estructurado (¿o si?) de patriotismo desaforado, que mas que beneficios a nuestra imagen y nuestras condiciones sociales pueden resultar dañinos a largo plazo.

Son dos fenómenos en especial los que me llaman la atención y en esta ocasión me atañen: la exaltación de la miseria como valor fundamental en la cultura popular colombiana y la aversión a lo negativo, a la crítica desde cualquier punto de vista, fundamentada o no.

Con respecto al primer punto he de decir que estoy totalmente de acuerdo con la exaltación de los valores de una cultura, de su patrimonio y de sus tradiciones, ya que son muy importantes por no decir que imprescindibles para esta, son uno de sus principales componentes y herramientas para evitar que se pierda. Es bastante conocido sobre todo para quienes vivimos o hemos vivido por estos lados que existe algo llamado “rebusque” que es la capitalización de los problemas de una manera creativa, sin embargo este es producto del desempleo y la pobreza que por generaciones han azotado nuestra nación. Son también llamativos por otro lado cosas como avisos publicitarios con faltas ortográficas, fotos de tonterías que suelen llamar “colombianadas”, negocios peculiares que seguramente es difícil encontrar en otros lugares del mundo. Exaltar esto a pesar de todo es exaltar sus causas, la ignorancia casi analfabética de muchos de nuestros compatriotas a causa de la indiferencia y el olvido por parte significativa de la sociedad, sobre todo por aquella parte históricamente beneficiada, además de los evidentes problemas en políticas sociales tendientes a la educación, que mas que un derecho de toda la población ha sido convertida en un beneficio para unos cuantos; es también exaltar la desigualdad que ha llevado a que cada día más colombianos se vean obligados a salir a lucharla en la calle, a conseguir con que mantener a sus familias, numerosas en la mayoría de los casos. Es cierto que muchas de estas personas lo hacen de manera muy creativa, pero ¿acaso es esto justificación para que tengan que recurrir a la informalidad? Por muy creativo que se sea, un día completo sentado en un parque al sol y a la lluvia, expuesto a cantidad de peligros que varían desde atracos hasta desalojos por parte de la fuerza pública, no es algo exaltable.


Todos esos supuestos valores de la colombianidad son creados por grandes industrias y distribuidos de manera eficiente por nuestros medios masivos de comunicación. Claro ejemplo es “Colombia es pasión”, una campaña creada por un conglomerado de empresas que venden más gracias a esta y que se fundamentan en esos mismos valores, valores que por demás no existen. Colombia es un país de diversidad en el que se alojan gran cantidad de culturas diferentes, entonces el único valor exaltable de manera generalizada en nuestro país es la diversidad. Otros aspectos como “repetir plato” son cosas que sin duda alguna se pueden ver en cualquier lugar del mundo.

Con respecto al segundo aspecto diré de antemano que en nuestra querida Colombia, la de verdad, pensar diferente y disentir de las hegemonías ideológicas se ha vuelto un arma suicida. Varias veces he visto pintado en la pared que “pensar diferente no es un delito, es un derecho”. No tengo la menor idea de quien haya pronunciado esta consigna por primera vez y mucho menos de a que gran e importante corriente filosófica haya pertenecido o se le atribuya, solo se que a pesar de lo bella que pueda sonar no ha trascendido mas allá de los inertes muros. Hoy quienes piensan (o pensamos) un poco diferente deben soportar el escarnio público, desde quienes simplemente los llaman locos, ignorantes, hasta quienes de manera irresponsable los tildan de pertenecer a tal o cual bando en medio de las continuas disputas que a diario se llevan a cabo en nuestro país.

Me perdonaran que cite aquí un caso personal, pero me parece un buen ejemplo: una de las razones que alguien me dio para decirme ignorante por decir algo con lo que el no estaba de acuerdo fue que las personas que “criticamos” no sabemos mas que hacer eso y no proponemos soluciones. El pensar en que la critica es siempre dañina y que haciéndose los de la vista gorda ante problemas tan graves, y por demás dolorosos como los que acongojan a nuestros hermanos y en muchas ocasiones a nosotros mismos, es una actitud muchísimo más dañina. La historia, y los bandazos interesantes que se han dado a través de ella han sido en la gran mayoría, me atrevería a decir que en casi todos los casos gracias a hombres inconformes, a hombres críticos y analíticos, hombres visionarios, intelectuales con conciencia social y humanista. Ah, y con lo de bandazos interesantes me refiero a aquellos momentos que han sido determinantes para el progreso de la humanidad y que cada quien juzgará cuales han sido desde su propia óptica.

El dejar de lado los problemas y seguir derecho como si no existieran no los soluciona, eso solo pasa en algunas doctrinas “autosuperacionistas”, solo en los famosos libros que dictan todo un manual de como y para que vivir. Los problemas se solucionan actuando sobre ellos y el primer paso en ese actuar debe ser el de denunciarlos públicamente. Un problema que no existe en la conciencia colectiva de la sociedad es un problema que seguramente, sin importar que tan grave sea, pasará de agache causando daño y más daño. El obviarlos es un irrespeto descarado hacia aquellos que directamente se ven afectados. Probablemente hayan personas a las cuales la miseria, la pobreza, la ignorancia, el hambre y hasta la muerte les parezcan bellos y por eso poco les importe que existan, mucho menos que desaparezcan. Otros sencillamente pueden ser indiferentes, esto los haría culpables por omisión. Otros sienten dolor ante ellos, pretenden de distintas maneras, unas muy ortodoxas y otras no tanto, llevar a cabo acción social y ayudar a que por lo menos en pequeñas cantidades, los problemas, estrictamente aquellos que sufren las mayorías y las poblaciones vulnerables, vayan siendo solucionados, vayan desapareciendo.

Hoy declaro ante el mundo, limitado a mis pocos lectores, mi aversión a la aversión a lo negativo, mi aversión al positivismo y patriotismo desaforados, y por ahí derecho mi aversión a la indiferencia, voluntaria o involuntaria.
"JUDA"






miércoles, 8 de octubre de 2008

¿Aborto? ¡Dilema!

Me encuentro en un grave dilema moral. Siempre he defendido la idea de que la vida debe estar por encima de cualquier cosa, no solo la vida sino también la buena vida, entendida como una existencia llevada decorosamente. Hoy me encuentro confundido frente a esto, ya que he caído en cuenta de que en nuestra sociedad hasta el concepto de vida y de ser o de persona se ha relativizado. Entonces ¿Qué vida es la que debo defender por encima de cualquier cosa?

Hablando del tema del aborto por ejemplo me encuentro con que el gran debate alrededor de este es si el niño es o no persona, si abortar es acabar con una vida en cualquier momento, incluso 5 segundos después de su concepción; y por tanto con las consecuencias penales o morales (religiosas) que esto pueda tener. No puedo alejarme de ciertos prejuicios que tengo frente a este tema, ya que he vivido en una sociedad bastante conservadora y poco plural, y pues lastimosamente al que anda entre la miel algo se le unta. No quiero decir con esto que este vendiendo mis ideales (si es que los tengo) ni que este cambiando radicalmente de posición frente a la vida, no, solo digo que ni siquiera en cuestiones ideológicas y de pensamiento se puede totalizar, como en nada en la vida.

Quiero tomar varios puntos de vista:

Es muy fácil hablar de algo cuando es totalmente ajeno a uno. No creo que quienes lancen juicios moralistas en contra de quienes abortan, o simplemente en contra de quienes lo aprueban sepan o se pongan a pensar por un momento en la situación por la que la mayoría de las veces puede estar pasando una persona de estas: desespero, angustia, autocensura, profunda tristeza. Sin duda alguna quienes se dedican a condenar no son más que asquerosos seres egoístas e insensibles. En mi caso particular el solo de hecho de pensar que ese ser, viable o no, pequeño o no, lindo o no, es de alguna manera parte de mí, me lleva a pensar que no sería capaz en casi ningún caso (lo digo así porque no me ha sucedido, entonces no se realmente que actitud tomaría) de deshacerme de él. Me sentiría un maldito cerdo al negar a algo o alguien el derecho -bueno o malo- de existir, sobretodo por negarme muchos momentos que podría compartir con ese ser en potencia.

Por otro lado el aborto debe ser tomado como fenómeno social de manera estructural, es decir, si es una problemática de salud pública se debe tratar desde el fondo. No condenare a las mujeres que deciden abortar porque el embarazo se dio de manera inesperada o indeseada como si estas fueran las culpables de todo, por un lado porque esto sería generalizar en un mundo en el cual todos los casos son absolutamente distintos teniendo en cuenta contextos socio-económicos, situaciones psicológicas y sociológicas, etc., y por otro lado porque entraría a hacer parte del grupo que menciono en el anterior párrafo, y eso realmente me causaría bastante molestia. No podemos entonces evitar el hecho de que este tipo de fenómenos que se tornan polémicos y problemáticos para la sociedad necesitan de acción social, pero no de aquella que algunos refundadores y pacificadores llevan a cabo, sino acción social de verdad, tendiente a la educación, concienciación y generalización de un sentimiento de respeto y por demás de ciudadanía pensante.

El punto en que me quiero centrar es el siguiente: ¿Qué vida se está tratando de defender? O mejor ¿De qué manera se esta tratando de defender la vida? Miremos, ¿Qué es lo que le puede esperar a un niño que por x o y razón no fue abortado y que muy probablemente nacerá en circunstancias hostiles? El sujeto naciente llega a una sociedad putrefacta, decadente e ignorante en la cual no existe el más mínimo sentido de lo que es el respeto por el otro. Una sociedad parcializada y polarizada de manera alarmante, que arroja diariamente un sin número de razones para que cualquier dios se compadeciera y la desapareciera. En últimas y más importante bajo mi punto de vista, una sociedad en la cual no se respeta la vida, en la cual nacer no es garantía de vivir, en la cual fácilmente y en la situación menos inesperada y más absurda se puede perder todo aquello que se tiene, que en mucho casos no es más que la capacidad de respirar y el infortunio de sentir el corazón palpitar. ¿Con qué autoridad moral le pediremos a una madre en potencia que no aborte? Ese niño no abortado se tendría que enfrentar a una vida difícil, de sacrificios, a la lucha de la vida por si misma, a un sin número de decisiones difíciles que probablemente involucrarían el bienestar (o malestar) de sus semejantes. Posibilidades como ser asesino o asesinado, torturador o torturado, secuestrador o secuestrado, atracador o atracado, dejan muy pocas esperanzas para el acto de vivir, o de existir, como se quiera entender.

Solo en el utópico caso de que lleguemos a vivir en una sociedad en la cual la vida sea respetada como bien y valor supremo, y en la cual se garantice una existencia decorosa dentro de lo efímera que esta pueda ser podremos decirle a una madre “No abortes, no tienes porque hacerlo…”, aunque pensándolo bien, en dicho caso sería innecesario pues no habría mujer que alojara tal pensamiento en su cabeza.

Después de estas superfluas consideraciones sigo con mi dilema moral, espero que el tiempo y algunos estudio me den mayores elementos de juicio para tomar posición en este tema, posición argumentada, seria y relativamente parcial.


viernes, 3 de octubre de 2008

La gota que rebozo la copa

(SURGIDO DE UNA DISCUSIÓN EN LA CLASE DE PERIODISMO POLÍTICO)

Cuando una copa se reboza se riega, pero se riega tan sólo la cantidad que reboza, al regarse vuelve a quedar la copa a ras, esperando entonces la próxima gota que llegue a rebozarla.

Esta es la eterna historia de nuestro hermosísimo país del sagrado corazón que, por lo menos en materia mediática y social no es más que un gran conjunto de copas a ras que de vez en cuando se rebozan, causan efectos y vuelven a quedarse como estaban.

Los colombianos recibimos todo como hechos coyunturales, hechos independientes de cualquier realidad estructural y compleja, por esto es que cada vez que un niño muere de hambre, asesinado o es violado, cada vez que una mujer es maltratada, cada que hay fenómenos con mendigos, en fin…cada que pasa algo que altera la falsa realidad en la que pretendemos vivir nos damos golpes de pecho, creamos movilizaciones que por demás resultan siendo inútiles, hipócritas y discriminatorias, pero no solo movilizaciones físicas, sino de “opinión pública” utilizando herramientas innovadoras que están al alcance de muchos y que cada vez toman mas fuerza.

Si tomamos los hechos así ¿Cuándo se van a poder solucionar eficazmente la gran cantidad de graves problemas sociales que tenemos? ¿Cuándo vamos a tomar conciencia de que los problemas de fondo requieren soluciones de fondo? ¿Cuándo nos daremos cuenta de que lo que necesitamos es una revolución mental que nos ayude a salir de la ingenua e involuntaria ceguera en la que vivimos?

Los vasos de nuestra sociedad hoy están a ras, esperando las próximas gotas que lleguen para rebozarlos y repetir de nuevo el ciclo, ese circulo vicioso en el que suelen caer las sociedades pobres de mente como la nuestra (o nuestras).

domingo, 28 de septiembre de 2008

Desde la doble moral cristiana hasta la estigmatización de la U pública

ENTONCES...¿A QUÉ JUGAMOS?

La situación era un poco extraña. Yo estaba en misa, si, aunque haya quien lo dude estaba en misa, claro que vale aclarar que fue por un motivo especial. En fin, durante el sermón el sacerdote contó una historia que me dejo bastante inquieto.

Para contextualizar debo decir primero que era una misa para 7 quinceañeras. La historia fue la siguiente: Era una joven que el había conocido y que, según él, no inspiraba sino calor humano, valores, principios, en fin, ya se imaginarán. Sucede que la joven fue consiguiendo amigos y fue cambiando, le fueron metiendo otras ideologías, para acabar de ajustar entró a la universidad y también le empezaron a llegar todas las ideologías de la esta, “hay que tener en cuenta también que era una universidad pública” dijo él. El desenlace de la historia fue que antes, o después, no lo recuerdo muy bien, en todo caso, cerca de sus dieciocho años, la asesinaron.

En ese momento, y durante el resto de la misa me dieron ganas de pararme y agradecerle de todo corazón por contribuir a la re-estigmatización de la universidad pública y de todos sus integrantes. Desafortunadamente, o afortunadamente, no tengo el don o la cualidad de la intrepidez, por esto no pude mas que ahogarme en mi rabia y en mis pensamientos por un rato.

Cabe decir que el sacerdote es uno al cual yo le he tenido respeto, tanto por su carisma como por su manera respetuosa y hasta ese momento abierta de llegar a la gente. Sin embargo podría decir también que con esto perdió casi totalmente mi respeto. No es un violador obviamente, por lo menos eso espero, pero en ese momento me sentí vilmente violado.

Quiero saber a que se refería con “las ideologías de la universidad”, en especial las de las universidades públicas que mencionaba. Sin tener que hacer análisis muy profundos puedo inferir o quizás divagar en que se refería, en primer lugar a otras tendencias religiosas, tanto teístas como ateístas, entendiéndose por otras todas, aquellas diferentes del catolicismo, llámense budismo, hinduismo, cienciología, agnosticismo, ateísmo, deísmo, etc. Y en segundo lugar a las ideologías de orden socio-económico y político, en especial las de izquierda: comunismo, socialismo, maoísmo, antiimperialismo, o simple crítica social. Bien, ante esto quisiera reflexionar un poco acerca de uno de los personajes más conocidos del mundo, sobre todo el occidental: Jesús.

Aunque tengo serias reservas con este personaje hablaré desde lo que la historia, y lastimosamente la escuela y el colegio nos han enseñado (digo lastimosamente porque pienso que la educación debe ser completamente laica para no ser sesgada y enceguecedora). Jesús fue una persona (u hombre-dios) nacida en tiempos de dominación, guerras por doquier, prácticas genocidas, egoístas, etc. Estas provenientes del imperio romano y de los pueblos bárbaros principalmente. El lugar donde nació Jesús era de tradición Judía desde los tiempos de Moisés, bastante ortodoxa por cierto. Pero ¿que fue lo que hizo que Jesús llegara a ser lo que es hoy, por lo menos como imagen? La respuesta es muy sencilla: Que fue un hombre revolucionario. Llegó para cambiar el mundo a tal punto de ser considerado por muchas mayorías como un dios y como valuarte de sus creencias y de partir la historia en un antes y un después. Llegó para romper con toda la Hegemonía ideológica que imperaba, a partir de él el judaísmo perdió fuerza como religión y surgió el cristianismo con todas sus posteriores corrientes. Desafió todas las representaciones de poder de su época, no solo religiosas sino también políticas. Luchó por prostitutas, mendigos, leprosos mientras condenaba a los que tenían el poder económico y social. Todo esto son características de un hombre revolucionario, por demás de izquierda. Una nueva moral y una manera distinta de ver el mundo, más social y más igualitaria quedó planteada con Jesús. Entonces mi gran interrogante es ¿a que juega la iglesia con su doble moral?

Espero que este sacerdote no haya sido conciente en ese momento de sus palabras y mucho menos de todo lo que acabo de mencionar. La llamada Teología de la liberación a pesar de que se concibe como algo relativamente nuevo parte de esa misma moral cristiana. Ahora bien, no estoy queriendo decir que los estudiantes de universidades públicas sean o seamos unos nuevos Mesías, solo llamo la atención sobre esa doble moral que ya mencionaba que alaba a un ser con tales características pero condena todo aquello que en nuestro mundo y en nuestra realidad signifique cambio.

Espero que en las próximas y remotas ocasiones que acuda a aquel ritual de domingo (en este caso de sábado) sea por obligación o por cualquier motivo no se vuelvan a pronunciar este tipo de discursos Godos y de ultraderecha que tanto daño nos terminan haciendo a quienes estamos involucrados directa o indirectamente y a toda la sociedad en general.


JUDA
28 de septiembre de 2008