domingo, 28 de septiembre de 2008

Desde la doble moral cristiana hasta la estigmatización de la U pública

ENTONCES...¿A QUÉ JUGAMOS?

La situación era un poco extraña. Yo estaba en misa, si, aunque haya quien lo dude estaba en misa, claro que vale aclarar que fue por un motivo especial. En fin, durante el sermón el sacerdote contó una historia que me dejo bastante inquieto.

Para contextualizar debo decir primero que era una misa para 7 quinceañeras. La historia fue la siguiente: Era una joven que el había conocido y que, según él, no inspiraba sino calor humano, valores, principios, en fin, ya se imaginarán. Sucede que la joven fue consiguiendo amigos y fue cambiando, le fueron metiendo otras ideologías, para acabar de ajustar entró a la universidad y también le empezaron a llegar todas las ideologías de la esta, “hay que tener en cuenta también que era una universidad pública” dijo él. El desenlace de la historia fue que antes, o después, no lo recuerdo muy bien, en todo caso, cerca de sus dieciocho años, la asesinaron.

En ese momento, y durante el resto de la misa me dieron ganas de pararme y agradecerle de todo corazón por contribuir a la re-estigmatización de la universidad pública y de todos sus integrantes. Desafortunadamente, o afortunadamente, no tengo el don o la cualidad de la intrepidez, por esto no pude mas que ahogarme en mi rabia y en mis pensamientos por un rato.

Cabe decir que el sacerdote es uno al cual yo le he tenido respeto, tanto por su carisma como por su manera respetuosa y hasta ese momento abierta de llegar a la gente. Sin embargo podría decir también que con esto perdió casi totalmente mi respeto. No es un violador obviamente, por lo menos eso espero, pero en ese momento me sentí vilmente violado.

Quiero saber a que se refería con “las ideologías de la universidad”, en especial las de las universidades públicas que mencionaba. Sin tener que hacer análisis muy profundos puedo inferir o quizás divagar en que se refería, en primer lugar a otras tendencias religiosas, tanto teístas como ateístas, entendiéndose por otras todas, aquellas diferentes del catolicismo, llámense budismo, hinduismo, cienciología, agnosticismo, ateísmo, deísmo, etc. Y en segundo lugar a las ideologías de orden socio-económico y político, en especial las de izquierda: comunismo, socialismo, maoísmo, antiimperialismo, o simple crítica social. Bien, ante esto quisiera reflexionar un poco acerca de uno de los personajes más conocidos del mundo, sobre todo el occidental: Jesús.

Aunque tengo serias reservas con este personaje hablaré desde lo que la historia, y lastimosamente la escuela y el colegio nos han enseñado (digo lastimosamente porque pienso que la educación debe ser completamente laica para no ser sesgada y enceguecedora). Jesús fue una persona (u hombre-dios) nacida en tiempos de dominación, guerras por doquier, prácticas genocidas, egoístas, etc. Estas provenientes del imperio romano y de los pueblos bárbaros principalmente. El lugar donde nació Jesús era de tradición Judía desde los tiempos de Moisés, bastante ortodoxa por cierto. Pero ¿que fue lo que hizo que Jesús llegara a ser lo que es hoy, por lo menos como imagen? La respuesta es muy sencilla: Que fue un hombre revolucionario. Llegó para cambiar el mundo a tal punto de ser considerado por muchas mayorías como un dios y como valuarte de sus creencias y de partir la historia en un antes y un después. Llegó para romper con toda la Hegemonía ideológica que imperaba, a partir de él el judaísmo perdió fuerza como religión y surgió el cristianismo con todas sus posteriores corrientes. Desafió todas las representaciones de poder de su época, no solo religiosas sino también políticas. Luchó por prostitutas, mendigos, leprosos mientras condenaba a los que tenían el poder económico y social. Todo esto son características de un hombre revolucionario, por demás de izquierda. Una nueva moral y una manera distinta de ver el mundo, más social y más igualitaria quedó planteada con Jesús. Entonces mi gran interrogante es ¿a que juega la iglesia con su doble moral?

Espero que este sacerdote no haya sido conciente en ese momento de sus palabras y mucho menos de todo lo que acabo de mencionar. La llamada Teología de la liberación a pesar de que se concibe como algo relativamente nuevo parte de esa misma moral cristiana. Ahora bien, no estoy queriendo decir que los estudiantes de universidades públicas sean o seamos unos nuevos Mesías, solo llamo la atención sobre esa doble moral que ya mencionaba que alaba a un ser con tales características pero condena todo aquello que en nuestro mundo y en nuestra realidad signifique cambio.

Espero que en las próximas y remotas ocasiones que acuda a aquel ritual de domingo (en este caso de sábado) sea por obligación o por cualquier motivo no se vuelvan a pronunciar este tipo de discursos Godos y de ultraderecha que tanto daño nos terminan haciendo a quienes estamos involucrados directa o indirectamente y a toda la sociedad en general.


JUDA
28 de septiembre de 2008



viernes, 26 de septiembre de 2008

Tesoro con derecho de admisión

“La madre del decoro, la savia de la libertad, el mantenimiento de la República y el remedio de sus males es, sobre todo lo demás, la propagación de la cultura”

Jose Marti

Es común que en los escenarios de discusión se tienda a encasillar el concepto de cultura hacia dos términos que apuntan a cosas totalmente distintas: el primero, relacionado con los orígenes populares de las más arraigadas tradiciones sociales y el segundo relacionado con las gentes de clase alta, intelectuales con acceso a una “mejor” educación. Estas dos caracterizaciones son lo que se conoce como cultura popular y cultura de elite respectivamente.

La cultura puede ser definida como el conjunto de todas las formas y expresiones de una sociedad determinada (http://es.wikipedia.org/wiki/Cultura). Desde esta definición, el hacer discriminaciones entre la cultura por clases sociales sería caer en un caos terminológico, ya que se entraría en una profunda contradicción. Sin embargo es de reconocer que este concepto debe ser replanteado en muchos sentidos. En un país como Colombia por ejemplo sería imposible hablar de una cultura colombiana o de una identidad colombiana debido a la fragmentación cultural y/o social dada por la geografía y por las dinámicas de colonización de los siglos pasados que tienen al país dividido fuertemente por regiones.

Cuando en la definición más sencilla de cultura se habla de expresiones es común referirse a las representaciones artísticas, así pues, la música, la danza, y el teatro, como también en alguna medida las artes plásticas, visuales o gráficas; suelen tomarse como referentes para definir la cultura de una sociedad o micro sociedad. Sin embargo también en los escenarios de debate se tiende a hacer una diferenciación algo nefasta y excluyente entre los conceptos de folclore y tradición o costumbre, cuya única diferencia sería su origen social. Al hacer esta distinción se sesga el concepto de cultura dejándola planteada como privilegio de unos pocos.

En la sociedad contemporánea, espectáculos como las grandes puestas en escena músico-teatrales se han vuelto más accesibles a cierto público cosmopolita. El fenómeno de la globalización hace pensar a algunos –ilusamente por cierto- que la cultura (caracterizada como el conocimiento y el acceso a ciertos estándares de intelectualidad) cada vez llega a mas personas y cada vez es mas democrática, tomando este ultimo hecho también desde la inclusión de las tradiciones populares. Todo esto sin embargo es una falacia. La cultura entendida de esta manera no deja de ser el privilegio de unos cuantos que por situaciones ajenas a sí tienen la oportunidad de crecer en un ambiente social que dispone todas las condiciones necesarias para que ello sea así.

La gran mayoría de la población en el mundo actual, sobre todo en países en vías de desarrollo como los de América Latina, han perdido el rumbo y concepto de su cultura y de su propia idiosincrasia, esto en gran parte debido al problema educacional por el que atraviesan nuestros países. La gran mayoría de nosotros estamos sumidos en un analfabetismo cultural avasallador, caracterizado por la perdida de identidad y de criterio y agravado por la indiferencia de los estados frente al mismo hecho. La gran mayoría de nuestros grandes artistas, llámense literatos, músicos, etc.; se han vuelto marcas publicitarias, otros se han vuelto románticos mitos de perfección alimentados por la misma publicidad. La realidad sin embargo nos muestra es que somos conocedores de nombres, mas no de obras ni de ideas. Conocemos (o pretendemos conocer) por ejemplo al Che, como hombre y como mito, al igual que a Tomás Carrasquilla en un ejemplo más cercano, sin embargo somos bastante ignorantes frente a sus obras y a sus discursos.

La cultura es entonces, desde la caracterización de cultura de elite, un hecho aislado de las sociedades, cada vez mas cuartadas por la tendencia al consumo de lo comercial. Los eventos culturales y artísticos son hoy un privilegio que solo pueden disfrutar aquellos que cumplan con características muy específicas: facilidad de acceso, nivel educativo regular, y sobre todo y mas importante interés. La cultura es, valga la redundancia, para las elites culturales. Para aquellos que pueden, pero sobre todo que quieren, no siendo una relación de necesario o suficiente, es decir, no siendo circunstancias causales o consecuenciales una de la otra.


El reto de volver a la cultura desde un punto de vista más democrático y por tanto más incluyente es un reto que se plantea principalmente a nuestros sistemas educativos, a las prácticas pedagógicas y a las visiones mostradas en estas practicas. Los colegios y las escuelas deben concebirse como cunas culturales y de ciudadanos. De las políticas que se planteen para educación y por ende para la misma cultura, depende que esta deje de ser un privilegio de unos cuantos y sea, como esta planteado en el discurso, algo inherente a la sociedad misma a los que todos tengamos acceso como un derecho; que deje de ser cultura para elites y comience a ser una cultura realmente entendida.

Desafío - Colombia

ESTE FUE UN TEXTO DE ESOS QUE SE HACEN A ULTIMA HORA Y CASI POR OBLIGACION. FUE HECHO PARA EL NIVELATORIO DE LECTO-ESCRITURA DE LA UNAL Y LO PUBLICO POR MOTIVO DE UNA CONVERSACIÓN QUE TUVE HOY...


Muy de moda se han puesto de unos años para acá términos como “playa baja”, “playa media” y “playa alta” gracias al formato de un reality show que se ha mostrado a la tele audiencia ya en repetidas ocasiones. Se llevan a cierto número de colombianos a competir en condiciones un poco adversas por beneficios y por la propia estadía.

Es curioso ver como el colombiano promedio se sienta cada noche a observar este espectáculo casi circense, tan intrascendente para su vida, pero tan útil a la hora de alejarse de todo el stress y los problemas de la cotidianidad. Cuando los personajes de la contienda se ganan el corazón y comienzan a despertar pasiones en el televidente es difícil que este logre dejarlos.

Al mismo tiempo, en nuestra Colombia, la de verdad, se vive una situación bastante parecida, un montón de luchadores dan la vida por salir adelante. Los más afortunados, los de “playa alta” viven de buena manera, sin muchas necesidades, por el contrario disfrutando de los lujos a los que solo ellos pueden acceder, lujos que paradójicamente tienen gracias al trabajo de otros. Los habitantes de “playa media” son aquellos que viven sin suntuosidad pero sin muchas necesidades, que trabajan para vivir y viven para trabajar, pero que al fin y al cabo viven felices. Por ultimo, los habitantes de “playa baja”, los verdaderos héroes, aquellos que a duras penas pueden vivir, victimas de siglos de injusticias y de barbarie, protagonistas de la calle y de sus propias vidas.

Que bueno sería que como en el reality todos los concursantes pudieran verse las caras en una competencia en la cual se decidiera que lugar le corresponde a cada uno, seguramente las cosas serían bastante distintas. Tristemente esto no es posible, y todos los protagonistas de la realidad nos vemos obligados a permanecer en nuestros lugares por lo menos hasta que un designio casi divino o el curso de nuestra historia personal decidan lo contrario.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Escribo


Escribo, ¿Por qué lo hago? No lo se. Solo se que mis manos sienten un impulso desenfrenado, enviado no por mi cerebro sino por mi corazón, desde aquel rincón oscuro y vació en el fondo de mi alma, o de mi espíritu quizás.

Escribo porque es vida, es el bolígrafo un marcapasos que con su desaparición a lo mejor no pararía mi corazón, pero si todo lo que en el habitase, porque escribo al día y a la noche, cómplices del destino y del tiempo como amos y señores de toda la existencia terrenal y celestial.

Escribo por mi libertad aunque soy esclavo de mis palabras, pero no me importa estar sujeto a estas pues solo con esta larga cadena de sentimientos y este gran grillete de emociones es posible pasar el trago amargo de esta condena a muerte auto impuesta, bajo el dolor de las verdades, de las fantasías rotas junto con la inocencia de un pobre y débil niño que llora solo en su cueva. Pero escribo, porque las frases fluyen como la cristalina agua de un arroyo que no correrá gran suerte después de encontrarse con un gran río, sucio por las envidias y males naturales del hombre con su existencia.

Escribo a la muerte como único juez verdadero de la acción de este breve momento al que llamamos vida, pero que a pesar de esto dedicamos a acabar y desperdiciar como si fuese eterno.

Escribo, porque como alguien dijo un día el hombre es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice, y por no ser necesario abrir la boca para decir mucho escribo.

Escribo para que sean solo el papel y la tinta la celestina de mis amores, bellos, fortuitos, o quizá mortales, pero escribo porque lo que sale del corazón al corazón llega.

Por eso escribo, para evitar ser ajusticiado por la codicia y la ambición, naturales en el espíritu humano de sociedad, porque mejor defensa que lo pronunciado por las boca es lo plasmado por las manos.

Porque me siento solo, por eso escribo, por sentirme a la deriva en esta efímera existencia, con el viento en mi contra y solo un remo a mi favor, porque voy sobre la corriente, una corriente de gentes pobres, no de cuerpo sino de corazón, apurados por el afán de un nuevo día que tarde que temprano termina sin pena ni gloria.

Escribo, porque no quiero ser victima de ese verdugo con capucha, pero con un rotulo en el cuerpo que solo da a conocer una palabra: ignorancia, porque quiero ser yo quien decida si es dolor, si es mentira, si es amor o si es envidia lo mejor para mi vida.

Escribo, para desahogar el rencor y las tristezas que puedan morar en mi mansión, fachada de alegría y felicidad que puede resistir al más cruel cataclismo, aunque en realidad en su interior se estuviese desmoronando, el castillo de falsedades y de mascaras eternas, que me ha sido adjudicado solo por ser.

Escribo cuando estoy feliz o cuando estoy triste, cuando mi alma parece la más hermosa primavera o cuando el crudo invierno recibe la ultima hoja en su suelo.

Escribo para plasmar el llanto, que con el corazón a punto de estallar no son capaces de hacer brotar mis pequeños ojos testigos de la farsa y la ironía de esta amarga sociedad.

Escribo por la amistad y por el cariño que a mis hombros pueda llegar de la mano amiga que en mi esperanza nunca me vaya a dejar.

Escribo porque amo, porque siento, porque lloro, porque dejo, por mi soledad y compañía, por mis tristezas y alegrías. Escribo por mi pasión por la muerte y por la vida, siendo la palabra mi única herramienta de defensa hacia todos los males a los que tengo derecho por tener mis pies sobre esta tierra maldita por la sangre y por el odio.

Solo espero no sentir mano enemiga irrumpiendo en mi regazo, ser yo mismo quien decida cuando, como y porque dejar este hermoso pero amargo mundo, por eso escribo.


“JUDA”
JUAN DAVID LOPEZ MORALES
Enero 3 de 2007

Huele

(Perdonan algunas partes en las que tiendo a volverme moralista, quizás fué por la efervescencia del momento...jejeje...en fin...)

Salgo desesperado a la ventana, es la medianoche, algo ronda en mi mente sin cesar y no me deja descansar después de otro día mas de supervivencia, sin mas pena ni gloria que la propia existencia de la cual he sido victima por aquellos azares del destino que nadie puede entender y mucho menos explicar. De pronto siento en el ambiente un olor peculiar, para nada desconocido, pero que solo hasta ahora me doy cuenta de su presencia perpetua. Comienzo a pensar, a pesar de lo familiar de esta fragancia si así se pudiese llamar, o hedor quizás, no estaba seguro de que era, que era lo que olía, que era lo que emanaba aquel aroma tan insoportable pero tan adictivo, tan necesario, tan evasivo, tan protagonista de todos aquellos días y noches en vela.

Me pongo a pensar, y junto con el olor a mi mente empiezan a llegar imágenes tristes, imágenes que me acongojan, pero mas que imágenes recuerdos, de todas aquellas noticias de horror que me ponían al tanto de lo que le pasaba a todos mis hermanos no consanguíneos de pronto, pero si de raza. Ahora comienzo a reconocer el olor.

Huele a niños, niños acostándose con hambre, con sus ojos secos de tanto llorar, que ya no aguantan ni una gota más, de desesperación y angustia, o de tristeza quizás. Niños que no contaron con la suerte de acostarse y quizá de despertar, después de que aquella dama ciega ante la desigualdad, sacara sus garras y se los quisiera llevar. Porque estos niños huelen a mugre, a desprecio, a indiferencia. Huelen a engaños y explotación, a robos, atracos violaciones y asesinatos. Empiezo a reconocer variantes en el aroma del aire, percibo otro tono en el olor.

Ahora huele a jóvenes, que se encierran en sus propios castillos entre la fantasía y la realidad, la fantasía de su futuro y la cruda realidad de su presente, huele a jóvenes que ya no creen que haya esperanza alguna o razón para continuar. Huele a las copas que acompañan a un pobre joven suicidad, triste, melancólico, aburrido de las vanidades, discriminaciones y blasfemias de este mundo en contra de la vida. Copas que también acompañan embarazos no deseados, seguidos de golpes insensatos y negaciones indiferentes. Huele a un futuro incierto y esto es lo único cierto. Cambia el olor.

Esta vez huele a hombres y mujeres, maltratados, violados, no necesariamente carnalmente, pero si en espíritu. Hombres y mujeres que luchan por salir adelante a como de lugar, sin importar que haya algo mas grande que ellos que no este de acuerdo y lo logre evitar. Hombres y mujeres que presionan gatillos, atraviesan corazones, asesinando las ilusiones de aquel mendrugo de pan, robado hace algunas horas para a los hijos alimentar. Si, es una fragancia muy peculiar, una rara mezcla de amor y licor. Huele a gasolina, a preservativos utilizados, unas cuantas velas recién apagadas, y allí en la sabana el resultado de la pasión desenfrenada expresada unos momentos atrás. Huele también a gritos, una carrera por la vida, con meta en la muerte, inexplicable, inmutable.

De pronto llega a mi nariz la fetidez mas fuerte de todas y de repente caigo en cuenta de que es lo que huele y causa los olores, nuevos y contenidos los anteriores. Huele a SOCIEDAD, una selva llena de animales salvajes luchando por su propio subsistir, egoístas por excelencia y traicioneros por naturaleza. Huele a petróleo, a imperios que pisotean con gran ímpetu a las pequeñas naciones que en su camino se han de cruzar, que luchan por el control y derrocamiento de los que bajo sus pies aun no están, bajo sus bases de corrupción, robo y mentiras. Huele a complots secretos para asesinar, a traiciones ocultas, a documentos traspapelados intencionalmente. Huele a un sin número de condenas, con distintas denominaciones pero el mismo tinte de muerte, abortos quizás o nacimientos, penas de muerte, bombas de capacidad colosal hechas para exterminar. Huele a secuestros y extorsiones, a cigarrillos, a tabacos de la mejor marca, junto a cuerpos inertes y pestilentes, de muerte no precisamente accidental.

Continúa el mismo olor y llegan más momentos y recuerdos a mi cabeza, una serie de palabras que de mi cabeza no puedo sacar. Ya tirado en la cama, sigo oliendo y sigo reconociendo. Huele a intolerancia, huele a religión, huele a masacres, huele al alcohol testigo de hombres borrachos, muchos de estos jóvenes, ya sin ganas de vivir, en este mundo inmundo sin esperanza, lacerado, lastimado y ante todo acostumbrado y conforme. Huele a nacionalismos y regionalismos estúpidos. Huele a dioses falsos creados por el hombre a su conveniencia.

Comienzo a pensar por mi propia cuenta, ¿cambiará algún día este triste aroma? ¿Acaso es posible que un cuerpo deje de descomponerse y comience a regenerarse? No se si podrán los asesinos devolver sus balas y los muertos volver a casa con sus familias. Quien sabe, quizás algún día podamos volver a respirar aire limpio de aquel que solo nuestros mas remotos antepasados pudieron disfrutar, quizá vuelva a oler a vida en vez de muerte, a creación en vez de destrucción, a un verdadero planeta, a agua en vez de licor, a convivencia en vez de discordia o a tolerancia en lugar de diferencias.

Estrepitosamente caigo dormido y sin darme cuenta, inmediatamente pero varias horas después vuelvo a abrir mis ojos, pero me siento incompleto, me falta algo, siento que olvide algo que había pensado la noche anterior y que definitivamente era importante. Afanado le resto importancia y me levanto simplemente para continuar sobreviviendo y sobrellevando mi existencia.

“JUDA”
Juan David López Morales
Barbosa, Antioquia
30 de julio de 2006, 18 de enero de 2007.

Llaves...

“hay gentes cuyas llaves solo sirven para cerrar, pa’ poner barreras y talanqueras, para impedir el ingreso de los demás a mundos mejores. Observan desde su propia óptica la feroz manera y la peculiar forma de impedir el ingreso de aquellos a quienes ellos no consideran de su condición, al lugar privilegiado que ostentan por el simple hecho de poseer desde siempre las llaves de un éxito logrado en base al sudor y sacrificio de los demás”

Carlos Mario Aguirre
El aguila descalza
Obra: “mañana le pago”