lunes, 22 de diciembre de 2008

¡Maldita sea!

PUBLICO ESTO TAL Y COMO QUEDÓ..PERDONEN LOS EVIDENTES ERRORES...PERO ES IMPOSIBLE EDITAR LOS SENTIMIENTOS.

Maldita sea….maldito corazón y malditos recuerdos taladrantes en mi cabeza. Malditos momentos que vienen y se van, me golpean y huyen. Maldita mezcla entre dolor y alegría, entre remordimiento y satisfacción.

Un gran vacío se apodera de mí, no se que pensar, ¿porqué no ser consecuente? Malditos sentimientos que se encuentran y entrelazan, que chocan formando caos en mi. Toda mi vida es un caos, y no porque en realidad lo sea, sino porque así se vuelve de un momento a otro, solo con unas palabras y una foto y las miles que la siguen.

Una palabra, varias palabras, una foto que me recuerda lo hermosa que me parecías, lo hermosa que aún me pareces, lo grande que sos, que fuiste, y que espero que no seas.
Las lágrimas solo esperan, un gran desespero se agolpa dentro de mí y me quiere matar, quiere acabarme desde adentro… ¡Carajo! ¿Qué hacer? Obviamente nada se puede hacer, y nada quiero hacer más que encontrar alguien que me ayude.

Y mientras escribo las lágrimas amenazan con llegar a donde hace mucho no llegan, quizás por la arrogancia o por la insensibilidad de la que no me creo poseedor. Maldita, maldita y mil veces maldita…no vos con tu maldita belleza y con la maldita felicidad que me alcanzaste a dar, sino maldita la horas, o mejor las horas, en que todo comenzó a cambiar, en que ya no éramos los mismos, en que la vida se paro de frente y paro los sentimientos e hizo que tomáramos rumbos diferentes…
Maldita imaginación. Maldito el pensar en las palabras que eran mías y ahora son de otro, en las palabras que eran para mi y ahora son de él. Maldito, pero imposible no imaginarla haciendo el amor y besando a ese hombre sin nombre y sin rostro. Maldito egoísmo y maldita envidia.

Maldito…¡¡maldito yo!! Maldito estúpido insensible insensato y egoísta, maldito y mil veces maldito sea todo lo que en el ánimo de crecer me ha vuelto más pequeño de lo que pensé que era

Maldito sea el deseo de sentirse insignificante cuando se ve a los demás contentos. Malditos acordes menores, fúnebres y melancólicos que retumban en mis oídos y mueven mis vísceras. Causan ganas de vomitar. Ni la peor golpiza, ni la puñalada mas certera debe ser tan dolorosa, no habiendo sentido ninguna de las dos estoy seguro de que lo que chuza mi alma, la parte y la diezma, es mucho más doloroso.

Fiestas malditas, con su alegría, como si todos estuviéramos alegres. Tratamos de aparentarlo. Tratamos, con la ayuda del alcohol, de sacar todo el dolor de nuestras almas, de nuestros corazones, tratamos de ahogar todas las tristezas de un año que para nadie pudo haber sido completamente feliz, ni completamente triste. Tratamos de envalentonarnos con licor, con alcohol, pero surte el mismo efecto que cuando lo echamos en una herida…maldito dolor. ¡¡¡Ahhh!!! Maldito grito silencioso que se ahoga dentro de mí. Malditas letras mal puestas que me decepcionan cada vez más, maldito impulso de ser lo que nunca se ha sido. Malditas ganas de encontrar a alguien más, pero maldito sea el remordimiento y el sentimiento de culpa, y maldita sea la idiotez, la modorra y la incompetencia del sujeto en este tipo de temas.

Y malditos sean los kilómetros que en ocasiones me alejaron de ella, que hoy me alejan de otras, y que tanto anhelo para escapar, para solo salir corriendo deseando nunca volver, deseando morir en el camino o encontrar otro sitio, no mejor, pero con menos maldiciones que las que hoy aquí he pronunciado.

En fin… ¡Maldito Yo!



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