domingo, 26 de octubre de 2008

A los foristas

Debido a mis intereses suelo leer prensa, intento de vez en cuando variar en las tendencias que leo, aunque eso me cueste un poco el mantener mi paz interior. Sobre todo los días domingo se me ha vuelto costumbre el revisar prensa, en especial la sección de opinión, aunque debo confesar que solo lo hago a dos medios, por ser de los pocos que me parecen decentes y responsables.

Debo decir que estas son costumbres que debo reformar: por una parte debo leer, ver y escuchar todo tipo de medios aunque me parezcan funestos, bien se dice que lo que se odia o por lo menos aquello por lo que no se tiene gusto ni aprecio debe ser conocido mucho más a profundidad que el resto de cosas en cuestión, sea cual sea el tema. Por otro lado el dedicarle más tiempo a leer columnas de opinión que noticias también es un hecho cuestionable en mí, es querer (inevitablemente) buscar crear criterio a partir del criterio de los demás, no siguiendo fielmente lo que dicen porque terminaría siendo un lorito más en la gran bandada que ya tiene este país; de nada sirve tener criterio cuando no se está bien informado.

Cuando leo secciones de opinión de cualquier medio hay algo que no puedo evitar, y es un comportamiento (no se si bueno o malo para el oficio) parecido al de la polilla que se acerca encantada a la luz que terminará siendo su final. Afortunadamente esto no va a terminar con mi vida, pero si es causante de constantes ganas de vomitar, repudio y perdida de mi tranquilidad. Este comportamiento es leer a los foristas, es decir, a todas aquellas personas que escriben lo que piensan acerca de tal o cual tema y que por demás hablan con bastante propiedad proveniente de quien sabe donde.

No me gustaría que pareciera que voy a censurarlo, pero bueno, creo que eso es lo que voy a hacer. Cuando a los directores de los medios, específicamente de las ediciones digitales de estos, se les ocurrió dar voz a sus lectores, estoy casi seguro de que lo hicieron por aquello de la función social del oficio y por el interés democrático de ser plurales, y bla bla bla. Creo que lo que nunca se imaginaron fueron las ardientes y apasionadas batallas que se iban a armar diariamente, y más aún los fines de semana, entre las diversas posiciones de los colombianos “pensantes”.

La palabra es el arma más bella que puede existir. Sirve para convencer, persuadir, deslegitimar, argumentar, dar y quitar poder, entre muchísimas otras utilidades, pero lamentablemente también sirve para matar (no directa y literalmente), para mentir y para acallar. Afortunadamente las palabras utilizadas por mis queridos foristas no tienen mas poder que el de exacerbar a aquellos que no estén de acuerdo con lo que dicen, o en el mejor de los casos, convencerlos y hacerlos ser mas flexibles en ciertas posiciones, porque de lo contrario, en el hipotético caso de que la palabra tuviese poder directo, créanme que desde que se crearon los foros las cifras de muertes violentas y todo tipo de asesinatos se habrían disparado de manera alarmante, dando lugar a un nuevo capítulo de la historia colombiana: la violencia, ahora no bipartidista, sino “plurideologista”, o bueno, simplificando las cosas como le gusta a muchos de mis compatriotas, entre uribistas y antiuribistas.

No tengo la menor idea de quienes sean los mas asiduos, mucho menos de cual sean sus historias personales, formaciones académicas, etcétera. De lo que si tengo idea es de que la mayoría de ellos hablan más poniendo en funcionamiento el estómago y el corazón que el cerebro. No quiero decir con esto que sean brutos, incompetentes o estúpidos, con esto quiero decir es que sus opiniones están cargadas más de pasión que de argumentación, mas cargadas de lambonería y odio –según el caso- que de análisis.

Estás eran algunas de mis consideraciones acerca de estos, pero antes de terminar quiero decirles algunas cosas a estos, si es que alguno me lee:

-La función de la prensa, y más de la de análisis, no es la de servirle a nadie, sin importar cual sea su postura ideológica, su función es la de ser una constante y aguda veedora y crítica de la realidad en la cual está.
-Me parece que términos como “mamerto”, “godo”, “fascista” o “terrorista” deben ser bien utilizados o sino replanteados. No entiendo porque el uso indiscriminado de palabras de este talante.
-El día que pensar distinto sea algo malo, que pueda ser considerado un delito o algo indebido, ese día habrá muerto totalmente nuestra democracia agonizante. El respeto y la tolerancia hacia las diferencias de todo tipo son no solo necesarias, sino imprescindibles herramientas para la convivencia que tanto necesitamos.
-Nada es lo que parece, aunque todo quiera parecerse a lo que es.

A pesar de todo y, de manera masoquista, creo que seguiré con este hábito, pues me interesa saber que es lo que piensan quienes leen prensa en este país, aunque me ponga a hervir la sangre. Y que quede constancia de que trate de ser lo más imparcial posible en este escrito, ustedes dirán si lo logré.

No hay comentarios: