viernes, 9 de enero de 2009

De-ambulanzas

Suena el teléfono, como de costumbre no es para mi, me limito a pasarlo con resignación y desesperanza. Sigo entonces con mi rutina de no acabar, sentado al frente de una pantalla frívola buscando fantasmas invisibles que no aparecen y de cuya existencia dudo con frecuencia. Mi intranquilidad se ve de pronto interrumpida por “Para Elisa”, es inesperada pero me agrada escucharla, nunca se sabe cuando la necesite el alma. Con el correr de las notas no puedo evitar preguntarme ¿quién habrá sido Elisa? Tuvo que ser una mujer hermosa, malditamente hermosa, poseedora de una belleza de esas que no despampanan, que no brillan ni llaman la atención de todas las miradas, tuvo que ser una belleza de esas que hacen amar hasta doler, de esas que rompen hasta el corazón mas frío y oscuro. El piano sigue sonando y yo como de costumbre no encuentro que hacer, decido salir.

Es un poco tarde aunque la noche es aún joven. Cuando aún no se había manchado el cielo ya la luna estaba, era luna llena, pero ahora que si es de noche no la veo, se ha escondido. Hasta la luna le tiene miedo ahora a la noche, pero ¿cómo juzgarla? Ahora que ella se ha ido me siento un poco sólo, un poco más solo. Queda caminar, seguir caminando con el rumbo de siempre, ninguno, y con la esperanza de siempre, por lo menos poder regresar.

La calle nocturna y el mundo nocturno están llenos de olores, ¡que magnífica amalgama la que se combina con mi soledad!, es como beber un trago de ron con cenizas de cigarrillo, no es agradable pero termina siendo más efectivo para lo que se quiere, para embriagarse. Dudo de aquellas personas que beben sin intención de estar ebrios. El sabor del licor es como la soledad, nunca bueno, no se si es amargo, picante, insípido, pero es asquerosamente soportable. ¿Para que estar solos? ¿Solos? Es solo en plural, prefiero replantearme la pregunta ¿para que estar solo? Hay que estar solo a punto de borrachera, la soledad se busca. La diferencia con el licor es que esta no se le puede recibir a nadie, esta solo se puede beber sólo ¿redundante? No. Cuando se bebe es para escapar por un momento, para viajar como en sueños a nuevos estados en los mismos lugares, rara vez a nuevos lugares. Beber hasta emborracharse es tener la valentía de escapar como cobardes, de esconderse a pesar de estar rodeados y a pesar de saber que no se tiene escapatoria. Se bebe para olvidar, pero nunca funciona, agudiza la memoria que en otras circunstancias es inservible. Bueno, pero no salí a beber, sencillamente es un olor que difícilmente se puede separar del sopor de la noche.

Hace un frío sobrecogedor, menos mal tengo un suéter, no es más que otra llave de escape. Camino y mis pies se traban, se rozan. Que bueno sería que encontraran otro par de piernas que los acompañaran esta noche, que los hicieran sudar hasta el cansancio, pero eso probablemente no pasará. “Que linda blusa, creo que combina a la perfección con mis sabanas”. El sexo es un placer del que mi cuerpo hace rato no disfruta, por lo menos no como se debe. Veo que la pasión acumulada y las ganas de amar, cuando se han visto reprimidas no la van muy bien, continuamente siento como se disputan el control y el resultado siempre es el mismo: terminan mal heridas y agonizantes, sin ganas de seguir luchando y yo, quedo de nuevo a la deriva.

Creo que es mejor sentarme en aquella banca, la que en el día pertenece a la sonrisa de los niños y a la tranquilidad de los abuelos ahora pertenece a la tristeza de este hombre. Pocas veces soy capaz de llorar cuando quiero hacerlo, pocas veces las personas se dan cuenta de que algo en mi esta mal y pocas personas logran hacerlo. El llorar es sin duda una capacidad que les envidio a las mujeres, se me antoja bastante útil para caminar liviano. Sin embargo, no puedo explicar esta extraña sensación de placer al sentirme vacío, y como pasa siempre con lo placentero, quiero más. Es lugar dentro de mí para un mudo ¡Mierda! No puedo hacer más que respirar, acomodarme, recostar mi cabeza y mirar las estrellas, pero, tampoco hay estrellas, entonces mirar al infinito hasta que sea hora de despertar.

1 comentario:

Sebastian Villa dijo...

Hermano... hermoso.

No se si te sirva... pero me haces pensar en mil canciones de Lacuna Coil...

Frases... todas de ese sublime grupo

"A pleasure makes me vive again tonight... I'm just thinking how fine it is to feel myself so fine again... celebrate, i'm alive again"

"Deep within me, life's crawling and wasting my dais, unother night... gone, and I know there will be unother way, i'm leading myself to be free in this eternial good bye"

"In my time of need, I want to destroy anything you are"

Me conmoviste... me recordaste por que no me gusta estar solo...