viernes, 23 de enero de 2009

De Amores Contrariados

Pero más allá de los libros, los amores están aquí, rondando corazones solitarios, como tentándolos con manjares de los que nunca les darán a probar.

A ella(s)


El libro de Cortázar en la cama, no me animo a cogerlo y Andrés Fava me perdone. No es una de esas noches en las que me quiera aventurar a tratar fallidamente de descifrar sus locuras. Y me preguntan la razón para amañarme tanto al frente de este aparato, con dolor he de responder eso de lo que hace tanto rato soy conciente.

Los abuelos vivían y contaban historias de amores de papel, ahora puedo contar historias de desamores digitales. La televisión me parece cada vez mas vacía, y el vacío con vacío no se llena ¿Qué me queda? Este mágico aparato, aquí puedo encontrar lo que quiera, sobre todo gente. La gente con la que no me veo, la que me quiere y la que probablemente no, a la que le intereso y le sirvo, para la que un “no admitido” no debe estar de más. Pero conforme avanza la noche, las sesiones se van cerrando y yo, como de costumbre casi solo voy quedando.

Si el computador pudiera dar cervezas, en el acta de defunción mía y de varios amigos aparecería sin duda alguna “cirrosis”. Pero como no se puede no queda más que reemplazarlo con palabras.

Los recuerdos, siempre, en Agosto sin embargo. Suspiros por doquier, y no las merezco, no las he ganado. La vida es extraña, y aunque no este revelando ningún gran misterio al decirlo, así es. Nunca se termina de comprender, y no se hasta que punto sea para comprenderla. Creo en el hombre, en lo que puede hacer y deshacer, en lo que puede querer y lograr, sin embargo no creo en las fuerzas que actúan sobre él. Innegables son sin embargo las casualidades.

A una la ame, locamente, hasta llorar, hasta aprender. La ame tanto como puede amar uno a la primera. Las decisiones y los rumbos fueron tomando distintas direcciones. La distancia entonces vino y aunque tratamos de luchar contra ella mucho me faltó ser hombre para no dejarme vencer, caí, perdí.

En la distancia la conocí a ella, una ventana era nuestra apariencia y fueron primero las palabras que las impresiones. Primero nos leímos y luego nos hablamos, no era lo acostumbrado, pero fue lo apropiado ya que útiles resultaron nuestras máscaras. Al verla por primera vez seguro sentimos que ya antes habíamos estado uno frente al otro, ahora si era lugar para las impresiones. Luego, de nuevo con ventanas como marco, me di cuenta de que la máscara había funcionado, y no la digital sino la que creemos que es la de verdad. Antes los kilómetros habían terminado una, ahora no permitían que otra empezara. El tiempo pasa, y como suele hacerlo entonces pasó. Su vida siguió, ¿Qué más esperaba? El amor varias veces encontró, o por lo menos varios émulos de él. Tanto cariño, amor mal agradecido, sencillamente me lo merezco.

Nunca me ha querido y no se si la quiera, sin embargo de mi pensamiento se adueña, todo el día a toda hora. Sólo un rostro bonito, una personalidad arrolladora. Hermoso cabello, piel morena. Sea curiosidad y masoquismo las ganas de ahogarme en esos profundos ojos cafés y, después de contemplarlos sin vergüenza morir en sus labios. No los quiero pero los deseo, aunque estoy seguro de que antes de saciarme me podría enamorar. Pero ¿Qué importa lo que sea ella para mí si no soy nada para ella? Un contacto más, un nombre y dos corcheas que también lejos están.
¿En común? Mi corazón y mis pensamientos. Completamente distintas, son la salsa, el reggae y la clásica. Estúpida comparación, pero necesaria. Dos de ellas aman la música tanto o más que yo, quizás la otra también, bueno tener un amor en común. Ninguna se conoce, yo creo conocerlas, no por igual. Son del mismo mes, Agosto, ya no se ni que será…buena o mala suerte, vas ganando mala y nada que hacer. Ah, y como olvidar, tienen en común algo a su favor, todas están lejos de mi, muchos kilómetros y asfalto las bendicen.

Dulce sabor a derrota, amargo a retirada. Me voy de nuevo, con el corazón partido y la cáscara de huevo no funciona. La silueta verde pronto se irá también como yo de sus corazones he salido (o nunca he entrado). Mientras sigo pensando y llorando, queridos amores contrariados.

3 comentarios:

Sebastian Villa dijo...

Esas mujeres no saben de lo que se pierden, mi amigo.

Anónimo dijo...

"Nunca me has querido y no sé si te quiera, sin embargo de mi pensamiento te adueñas"

Hablando de contrariedades, sea curiosidad o masoquismo, se puede querer a lo desconocido, como vos, aunque se es consciente de que finalmente se quiere a ese reflejo de uno mismo que se encuentra allí.

¿Qué importa lo que yo sea para vos si no soy nada... si soy nadie? Un contacto más. ¿En común? Mi corazón y mis pensamientos, aunque no coincidamos en el destinatario.

Juan David dijo...

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