Acúseme, si así lo quiere, por mis formas de ver el mundo, de pensarlo, de vivirlo. Al fin y al cabo ni usted ni yo tenemos la culpa. Lo que no podré hacer nunca será acusarle ni juzgarle por sus formas de ver el mundo, de pensarlo y de vivirlo. Al fin y al cabo ni usted ni yo tenemos la culpa.
1 comentario:
¡GOL!
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